BEIJING.- El Presidente chino, Jiang Zemin, inauguró hoy el XVI Congreso del Partido Comunista (PCCh) en un discurso en el que enfatizó que la prioridad de su país es recuperar Taiwán e instó a luchar sin cuartel contra la corrupción manteniendo como guía ideológica los principios del Marxismo y de Mao Zedong.
Jiang arrancó varias veces los aplausos de los más de 2.000 diputados reunidos en el Gran Palacio de Pekín, situado en uno de los flancos de la plaza de Tiananmen, y con voz firme se opuso también al "hegemonismo" de las grandes potencias y exigió un orden internacional más humano y más justo.
"Debemos persistir en armar a todo el Partido y educar a nuestro pueblo con el marxismo-leninismo, el pensamiento de Mao Zedong y las teorías de Deng Xiaoping para conseguir la emancipación mental y respetar a las masas", subrayó Jiang en un imponente escenario flanqueado con 14 enormes banderas rojas con la hoz y el martillo en el centro.
Jiang, que habló en un tono en el que alternaba la dureza y la suavidad sobre el contencioso Beijing-Taipei, enfatizó que "preservar en el principio de una sola China es la base para el desarrollo de las relaciones entre ambas partes y para la culminación de una reunificación pacífica. En el mundo hay una sola China, a la que pertenece tanto la parte continental como Taiwán".
Pero, agregó, "es inadmisible la escisión de la soberanía e integridad territorial de China. Combatiremos decididamente toda declaración o acción encaminada a fraguar la 'independencia de Taiwán' y fabricar 'dos Chinas' o 'una China y un Taiwán'. El porvenir de Taiwán depende de su reunificación con la patria", sentenció Jiang.
Jiang, que hizo esas declaraciones después de que una magnífica orquesta interpretara la internacional socialista y el himno nacional de China, destacó que "hay que mejorar el estilo del Partido y profundizar en la lucha contra la corrupción".
"Combatir y prevenir con decisión la corrupción constituye una importante tarea política de todo el Partido. De no castigar con firmeza la corrupción, el Partido resultaría seriamente perjudicado en sus entrañables relaciones con las masas populares, correría el peligro de perder su posición de Partido gobernante y podría marchar hacia su autodestrucción", advirtió Jiang.
Jiang, que en este Congreso va a ser relevado en el cargo de Presidente por el actual vicepresidente, Hu Jintao, abogó por "un nuevo orden político y económico internacional más justo y racional" y criticó a las potencias que humillan a las naciones más débiles con el uso desproporcionado de la fuerza. "No al hegemonismo", reiteró.
"Hay que establecer un nuevo concepto de seguridad basado en la confianza mutua, beneficio recíproco, igualdad y coordinación y resolver las disputas mediante el diálogo y la colaboración, en lugar de recurrir a la fuerza o amenaza con su uso", recalcó Jiang.
Jiang dijo, queriendo enviar un mensaje al mundo, que "hay que combatir el hegemonismo y la política de la fuerza en todas sus manifestaciones. China -subrayó- nunca procurará la hegemonía ni jamás la expansión".
Respecto a la lucha contra el terror, Jiang afirmó que "nos pronunciamos por combatir el terrorismo en todas sus manifestaciones" y recalcó que "es necesario intensificar la cooperación internacional al respecto, resolver el problema tanto con fórmulas colaterales como radicales y golpear sin paliativos a los terroristas para eliminar de raíz esa lacra", matizó.
Jiang, que estuvo rodeado por los siete miembros del Comité Permanente del PCCh, órgano que será relevado en este Congreso y que está integrado por el septeto de hombres más poderosos de China, consideró imprescindible "implantar y completar un sistema de seguridad social que concuerde con el nivel de desarrollo económico del país".
"Ese sistema, con un seguro básico de vejez, constituye una importante garantía para la estabilidad social y el mantenimiento del orden y la paz duraderos", dijo Jiang a los nuevos líderes que tomarán las riendas del poder en China tras el Congreso, que concluirá el próximo 14 de noviembre.
Por último, Jiang, que no ha perdido su gran vitalidad a pesar de sus 73 años, recomendó una reforma a conciencia en el Poder Judicial para erradicar malas prácticas, abusos y decisiones arbitrarias en los juicios.