MOSCU.- El Presidente ruso, Vladimir Putin, reafirmó hoy que actuará con mano dura frente a los independentistas chechenos y descartó la posibilidad de entablar negociaciones del tipo que sea con su Presidente separatista, Aslan Masjadov, a quien calificó de asesino y comparó con el fundamentalista islámico Osama bin Laden.
Esta confirmación llega 15 días después de que las fuerzas de élite rusas pusieran fin, en medio de un baño de sangre, al secuestro de cientos de personas en un teatro moscovita a manos de un comando de rebeldes chechenos.
En víspera de la cumbre entre la Unión Europea (UE) y Rusia en Bruselas, durante la que se mencionará probablemente el conflicto en la república del Cáucaso, Putin advirtió de que no habrá "un segundo Jassaviurt", lo que en otras palabras significa que no está dispuesto a negociar un acuerdo de paz con los separatistas como el que había sido rubricado en agosto de 1996, poniendo fin a la primera guerra de Chechenia.
"Los que escogen a Masjadov, escogen la guerra. Esas personas serán consideradas cómplices del terrorismo. A los que sigan proponiéndonos negociar con el asesino, les propondremos ponerse de acuerdo con Bin Laden y con el mullá Omar", añadió Putin haciendo alusión a los llamamientos al diálogo del mundo occidental.
El mullá Mohammad Omar era el líder supremo del régimen de los talibanes, derrocado en Afganistán a fines de 2001 por una coalición internacional liderada por Estados Unidos.
El Presidente ruso recibió hoy en el Kremlin a personalidades chechenas prorrusas que le habían pedido el viernes la aceleración de un referéndum para adoptar una Constitución chechena.
Tras el secuestro masivo, ocurrido del 23 al 26 de octubre en Moscú y que se saldó con la muerte de 128 rehenes, Rusia lanzó una ofensiva diplomática que ya dio algunos frutos. Logró la detención en Dinamarca de un emisario de Masjadov, Ajmed Zakayev, y ha pedido su extradición. Además, hizo que se desplazara a Bruselas la cumbre UE-Rusia, en protesta por la celebración en Copenhague de un "Congreso Mundial Checheno", e instó a varios países a cerrar las "oficinas chechenas" que operan en su territorio.
En la práctica, la situación militar sigue estancada. Tras entrar en Chechenia el 1 de octubre de 1999 para emprender una "operación antiterrorista", las fuerzas rusas están acosadas por la guerrilla y además las organizaciones de defensa de los derechos humanos les acusan de cometer secuestros y asesinatos.
Incluso, el muftí checheno Ajmad Chamayev lanzó esa acusación hoy en el Kremlin. "Les pedimos que tengan cuidado con las limpiezas étnicas y los saqueos, con las desapariciones de personas, porque después de ellas la gente decide adentrarse en el bosque y se decanta por Masjadov", dijo el dignatario musulmán.
Putin acababa de insistir en que era partidario de una solución política. El Presidente anunció la creación de un Ministerio del Interior checheno y dijo que deseaba que los policías chechenos se encargaran en lo sucesivo de perseguir a "los bandidos" y que las fuerzas rusas permanecieran en los cuarteles.
Pero esta solución política parece lejana y ni siquiera confían demasiado en ella los propios chechenos prorrusos llegados hoy al Kremlin.
Una conferencia para la paz en Chechenia, celebrada sábado y domingo en Moscú, a la que asistieron diputados liberales y defensores de los derechos humanos, pidió la internacionalización de un proceso de pacificación con la participación activa de los dirigentes de la UE.