BAGDAD.- Irak ha pedido a Francia, Rusia y China, como miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que asuman sus responsabilidades en el mantenimiento de la legalidad tras la aceptación por Bagdad de la última resolución de Naciones Unidas sobre su desarme.
El diario "Babel", dirigido por Uday Hussein, hijo mayor del Presidente de Irak, Saddam Hussein, que difunde las opiniones de los dirigentes del país, recalca que "es imperativo que el Consejo de Seguridad de la ONU, especialmente Rusia, Francia y China, demuestren a Irak, tras el paso positivo que ha dado (aceptando la resolución), que realmente están con la legalidad".
El rotativo insta a los tres Estados a que, "junto a otros países hermanos y amigos", presionen al Consejo de Seguridad de la ONU para que levante el rígido embargo internacional impuesto a Irak desde 1990, cuando sus tropas invadieron Kuwait.
"Los Estados hermanos y amigos deben comprender que la confrontación entre Irak y las Administraciones estadounidense y británica no acabará mientras no hagan la suficiente presión sobre el Consejo de Seguridad de la ONU como para conseguir el levantamiento de las sanciones", concluye el periódico.
Irak aceptó ayer, pese a considerarla "injusta" y "contraria a la legislación internacional", la última resolución de la ONU que, entre otras cosas, exige el regreso al país de los inspectores de Naciones Unidas que han de supervisar el desmantelamiento de las armas de destrucción masiva iraquíes.
La destrucción de sus armas químicas, biológicas, atómicas y misiles de largo alcance fue una de las principales condiciones para levantar el embargo económico impuestas a Irak al término de la Guerra del Golfo Pérsico de 1991, en la que las tropas de Bagdad fueron expulsadas de Kuwait por una coalición encabezada por EE.UU.
Irak ha reiterado que ya no dispone de ningún arma de las prohibidas al país por la ONU y señalado que Washington y Londres pretenden utilizar las inspecciones como pretexto para hacer la guerra al país.
De los cinco miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, EE.UU. y el Reino Unido mantienen una actitud abiertamente hostil al régimen que encabeza en Bagdad Saddam Hussein, al que han amenazado reiteradamente con una guerra para derrocarlo, mientras los otros tres, Rusia, China y Francia, son partidarios de solventar pacíficamente las diferencias con Irak.