HEBRON.- En una emboscada palestina en la ciudad cisjordana de Hebrón murieron hoy diez israelíes, entre los cuales habría soldados, y otras 30 personas resultaron heridas, señalaron reportes palestinos no confirmados del lado israelí.
El ataque ha derivado en un intenso tiroteo entre los milicianos palestinos y el Ejército israelí, que esta noche bombardeaba con tanques las colinas de Abu Snena, la ciudad vieja y el barrio de Jabel Johar, donde estaban apostados los francotiradores.
Medios de prensa locales han calificado los hechos de "masacre", y aseguran que el número de víctimas no es definitivo y ascenderá en las próximas horas porque muchos de los heridos están en grave estado.
Los heridos aún son evacuados de la zona en ambulancias blindadas y trasladados a Jerusalén, dijeron fuentes militares.
El ataque se registró en una carretera que conecta el asentamiento de Kiriat Arbá, en las afueras de Hebrón, y el enclave judío dentro de la ciudad misma, donde se haya la Cueva de los Patriarcas.
Dicha carretera es conocida como el "camino de los feligreses", por ser el trayecto que hacen los colonos de Kiriat Arba cuando se dirigen a la Cueva de los Patriarcas, donde la tradición sitúa las tumbas de Abraham, Isaac y Jacob.
El Ejército israelí se había retirado hace algunas semanas de distintas partes de Hebrón, entre ellas de la colina de Abu Snena, dentro de un acuerdo con la ANP por el que ésta se comprometió a impedir los ataques contra los alrededor de los 500 colonos judíos que viven en siete enclaves dentro de Hebrón, ciudad de mayoría palestina.
Fuentes militares israelíes dijeron que el ataque palestino de esta noche fue planificado con mucha antelación y que no se trata de la acción de unos pocos hombres.
Al parecer, los palestinos lanzaron también varias granadas contra el grupo de colonos, que se dirigían a la Cueva de los Patriarcas después de haber finalizado los rezos en las sinagogas, dijeron fuentes del Ejército.
Los observadores aseguran que el Ejército tomará esa colina y quizás otras partes de la ciudad de Hebrón para evitar los ataques de milicianos palestinos contra los colonos.
La Cueva de las Patriarcas es venerada por judíos y musulmanes por igual y ha sido escenario de frecuentes enfrentamientos entre ambos pueblos en las últimas décadas.
En 1994, un médico colono mató a 29 palestinos e hirió a más de un centenar dentro de ese recinto sagrado, donde entró armado y acribilló a los feligreses que estaban rezando.