CARACAS.- El gobierno del Presidente Hugo Chávez intervino en la madrugada del sábado la policía metropolitana de Caracas, arrebatándole el control al opositor alcalde metropolitano Alfredo Peña, que calificó la acción como inconstitucional.
Acompañado del ministro de Interior y Justicia Diosdado Cabello, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Alcides Rondón, leyó el decreto de intervención en que queda establecido que el gobierno nacional asume el comando "excepcional y provisional" de la Policía Metropolitana, una fuerza de seguridad de 9.000 agentes.
Indicando que la legislación existente permite la intervención del gobierno en épocas de la crisis, Rondón designó Edmigio Delgado como nuevo director de la fuerza policial.
Delgado, un veterano oficial que había actuado como mediador en el conflicto que desencadenó desde octubre un pequeño grupo de agentes que pedía la renuncia de la ahora removida directiva policial.
"Esto va a ser una intervención a puertas abiertas. Donde los mismos policías van a comenzar a participar de los problemas que tiene la policía, para buscar la forma de solucionarlos", indicó Cabello.
El ministro aseguró que la policía trabajará de manera conjunta con la Guardia Nacional. "Por supuesto que seguirán patrullando", agregó.
El alcalde Peña acusó al presidente Chávez de materializar sus amenazas de "quitarme el control de la policía, aunque para hacerlo haya tenido que colocarse al margen de la ley".
"Aquí lo que hay es una violación a la constitución y una violación de la Carta Democrática, que suscribió el gobierno, porque le han dado un golpe de Estado a un gobierno legítimamente constituido por el voto popular, esta es la situación de Venezuela en este momento", expresó Peña.
Chávez había amenazado con tomar una decisión "radical" para arrebatarle a Peña el control sobre ese cuerpo policial.
El mandatario venezolano además ha acusado a ese cuerpo de seguridad de ser utilizada por sus opositores como "instrumento de perturbación" y de "atropellar" a sus partidarios, quienes casi a diario y la mayoría de las veces sin permiso de las autoridades municipales se concentran en sitios públicos y bloquean calles para manifestar en favor del gobierno.
Otros alcaldes con jurisdicción en Caracas dijeron que no reconocen a las nuevas autoridades de la policía y tam‚‚poco acatarán la orden de realizar "patrullajes mixtos" con la guardia nacional.
"Nosotros no reconocemos a Edmigio Delgado como comandante de la policía metropolitana", dijo Henrique Capriles, alcalde del municipio Baruta de Caracas, uno de los cinco que se divide la ciudad.
Capriles manifestó que la intervención establece un precedente peligroso y advirtió que Chávez podría estar preparando tomar el control de las policías de otros estados y municipios.
La medida amenaza con truncar el diálogo que mantienen el gobierno y la oposición, promovido por el secretario general de la OEA, César Gaviria, que busca lograr una salida electoral que evite un desenlace violento de la crisis venezolana.
Peña invitó a los líderes de la Coordinadora Democrática, una coalición de partidos y organizaciones civiles opositoras que buscan la salida de Chávez del poder, a que consideren la posibilidad de abandonar la mesa de negociaciones.
"No entiendo cómo pueden continuar negociando con este gobierno" dijo Peña.
Américo Martín, uno de los seis negociadores de la oposición, afirmó que no "abandonaremos la mesa de negociación, como tampoco podemos permitir que cosas como está continúen sucediendo".
"No le vamos hacer el juego al gobierno", expresó.
"Desde el primer día de negociaciones el gobierno ha tratado de provocarnos, de forzar nuestro retiro de la mesa de negociaciones, mando al ejército a las calles y apoyando a grupos violentos que han sembrado el caos en la capital", añadió.
El proceso de diálogo se ha desarrollado desde el 11 de noviembre en medio de gran tensión ante la creciente conflictividad interna, los ataques sufridos por jerarcas de la iglesia católica y medios locales, y los violentos disturbios que sucedieron a comienzos de semana en Caracas.
El conflicto en la policía y la muerte de dos personas, cuando las fuerzas de seguridad dispersaron con gases lacrimógenos y balas de goma a varias decenas de manifestantes oficialistas y policías rebeldes, algunos de ellos armados, que bloquearon las entradas de la Alcaldía Metropolitana, justifican la intervención, indicó el diputado oficialista Tarek Saab.