ZIPAQUIRA.- El obispo de la localidad colombiana de Zipaquirá, monseñor Jorge Jiménez, celebró este sábado su primera misa tras ser rescatado la víspera por los militares de los secuestradores de las FARC, en una emotiva ceremonia en la que lloró varias veces y recibió muestras de afecto por parte de miles de feligreses.
Monseñor Jiménez, también presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), presidió la ceremonia en una abarrotada catedral de Zipaquirá (40 km al norte de Bogotá), junto con varios sacerdotes de su diócesis.
"Agradezco al Señor por estar de nuevo con la grey que él me ha confiado y le pido por los miles y miles de colombianos que ahora mismo sufren el drama del secuestro", dijo el prelado en su homilía.
Previamente, el obispo, de 60 años, dijo que perdonaba de todo corazón a los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas) que lo secuestraron el lunes último junto con el sacerdote Desiderio Orjuela, también rescatado el viernes, y reclamó el apoyo de la ciudadanía para las fuerzas de seguridad.
El presidente de CELAM añadió que las FARC (17.000 efectivos en todo el país) está siguiendo un camino equivocado, al cometer secuestros y otros delitos de lesa humanidad.
El padre Orjuela (65 años) también celebró el sábado una multitudinaria misa de acción de gracias en su parroquia de la localidad de Pacho, 50 km al norte de Bogotá, en la que agradeció a Dios, a los fuerzas de seguridad y a sus familiares y fieles "por haber permitido con sus acciones u oraciones que retornara a la libertad".
Según responsables de la parroquia de Pacho, en el templo se congregaron unas 3.000 personas.
Antes de la misa, el padre Orjuela, quien sirve desde hace 40 años en Pacho, recorrió a pie las calles del pueblo, donde fue saludado con pañuelos blancos por miles de campesinos, se informó.
Unos 500 policías y militares apoyados por aviones de combate intervinieron en la maniobra de rescate de los religiosos el viernes, en la que también murió un guerrillero y otros tres fueron capturados, según el jefe de la V División del Ejército, el general Reinaldo Castellanos.