CAION, España.- España observa con ansiedad hoy cómo los vientos amenazan con empujar una enorme capa de petróleo hacia su costa noroccidental, y los ecologistas advirtieron que un tanquero hundido en el Atlántico podría convertirse en una bomba de tiempo.
El buque cisterna Prestige, de 26 años, se partió en dos el martes y se hundió a 3,6 kilómetros de profundidad en el océano Atlántico, con su carga de más de 65.000 toneladas de combustible viscoso, el doble del volumen derramado en el desastre del Exxon Valdez, en 1989.
El barco dejó atrás una enorme marea negra de 280 kilómetros de largo y 28 kilómetros de ancho y las dudas sobre si se pudo haber hecho más para evitar el segundo gran desastre ecológico ocurrido en Europa en los últimos tres años con un tanquero viejo.
Algunos expertos expresaron esperanzas de que el tóxico "gasoil" de los tanques del Prestige se endurezca por las frías temperaturas submarinas y la alta presión del fondo del océano, salvando la vida a los bancos de peces cercanos.
Unas 5.000 toneladas del combustible derramadas por el Prestige cuando entró en problemas hace una semana ya han oscurecido una franja de más de 80 kilómetros de las costas de Galicia, en el noroeste de España.
Los ecologistas trasladaron aves marinas cubiertas de petróleo a un centro de rescate en la capital regional de La Coruña, y cientos de oficiales de la Armada se unieron a los voluntarios en algunas playas el martes, paleando arena y limpiando la gran capa negra.
Pero los residentes dijeron que el impacto podría tener larga duración para una de las áreas de pesca más ricas de Europa, famosa por sus langostas.
"Va a tardar 10 años en recuperarse. Ellos trataron y limpiaron pero el mar trae más", dijo el pescador retirado José Camano, de 72 años, mientras contemplaba la playa cubierta de mugre. "Esto significa la ruina completa para nosotros. ¿Quién comprará nuestros pescados ahora?".
Pronósticos poco alentadores
Los pronósticos del tiempo indicaron que vientos del oeste empujarían el enorme derrame hacia la costa gallega, aumentando la presión sobre las autoridades regionales, que se apresuraron a colocar unos 28 kilómetros de barreras inflables en las desembocaduras de los ríos de la región.
Una flota de embarcaciones y aviones de toda Europa se acercó al sitio del hundimiento, a unos 120 kilómetros al oeste de la costa española. Pero olas de cinco metros impidieron que pudieran contener cualquier petróleo sobre la superficie.
Las autoridades estiman que la capa de petróleo en la costa de Galicia ya ha dejado temporalmente sin trabajo a 4.000 pescadores y a 28.000 personas en industrias asociadas con esa actividad.
Los ambientalistas cuestionaron la decisión de España de ordenar que el tanquero regresara a alta mar después que empezó a derramar combustible, en vez de llevarlo a un puerto y descargarlo.
"Desde el principio, el WWF consideró al Prestige una bomba ecológica circulando en la costa gallega, y finalmente ha explotado en una área poco conocida de enorme valor ambiental", dijo José Luis García Varas, jefe del programa local marítimo del Fundación Mundial para la Flora y la Fauna (WWF por sus siglas en inglés).