CARACAS.- La extensión del paro general en Venezuela por un tercer día consecutivo ha agudizado la crisis que sufre el país y abrió más la brecha que separa al gobierno y la oposición, ambos atrincherados en posiciones que parecen irreconciliables.
En la capital y el resto de las principales ciudades del país se cumple parcialmente. A diferencia de los días previos, es evidente que hay más comercios abiertos y nuevamente las principales avenidas vuelven a lucir como de costumbre: unas playas de estacionamiento. Los diarios volvieron a circular.
El paro comenzó el lunes y supuestamente iba a ser sólo por 12 horas. Pero los organizadores, arguyendo la falta de flexibilidad del gobierno, decidieron extenderlo por un segundo día y luego por un tercero.
La protesta, promovida por la Coordinadora Democrática, una inusual alianza que reúne a los partidos de oposición, sindicatos y empresarios, busca obligar al gobierno del Presidente Hugo Chávez a ceder ante el pedido que adelante elecciones o renuncie.
"La única solución al conflicto es que Chávez en un acto de humildad reconozca la necesidad de buscarle una solución electoral a la crisis y acepte como suya la convocatoria de un referendo", dijo el diputado opositor Andrés Velásquez.
La oposición decidió extender el paro debido a que el Mandatario "se empeña en desconocer la voluntad de dos millones de venezolanos que estamos solicitando un referéndum", aseguró Velásquez, en referencia a la cantidad de firmas recolectadas y presentadas ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) para presionar a la consulta popular.
Para la oposición nunca ha habido garantía que el referendo se vaya a realizar, por lo que ven la protesta como la única salida para forzar al mandatario.
La consulta popular, que no sería vinculante, o sea, no obligará a Chávez a renunciar, fue solicitada el 4 de noviembre.
Chávez, por su parte, ha minimizado el paro, asegurando que éste "fracasó, mucho más que todos los (cuatro) anteriores".
El Mandatario venezolano ha denunciado que las "cúpulas" empresariales y sindicales están promoviendo una "conspiración" para tratar de derrocarlo.
"Lo habíamos alertado que en ese paro, se trata de repetir el libreto "golpista" de abril, cuando una medida similar acabó en la salida temporal de Chávez, 19 personas muertas y 300 heridas.
La paralización hasta ahora se ha visto salpicada por enfrentamientos callejeros entre opositores y agentes de la guardia nacional en la capital y otras ciudades del país.
Decenas de personas han sufrido contusiones y heridas, entre ellos algunos periodistas, en las confrontaciones.
Líderes de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y la Federación de Cámaras de Venezuela (Fedecámaras) aseguran que más de un millón de comercios y 3.000 industrias y empresas permanecen paralizadas.
El gobierno, por su parte, señala que el sector petrolero, metalúrgico y eléctrico que generan 81% del producto interno bruto (PIB) del país están funcionando con normalidad y que la protesta "fracasó".
El Secretario General de la OEA César Gaviria, que desde el 6 de noviembre funge como facilitar del diálogo entre ambas partes, comentó que el gobierno mantiene su voluntad de continuar en la mesa de negociación.
Aunque las discusiones fueron suspendidas desde el inicio del paro el lunes anterior, Gaviria se mantiene a la espera que oposición y gobierno regresen a la mesa de negociación.
Los principales voceros del gobierno han dicho que los negociadores oficialistas no se reunirá con los representantes de la oposición hasta que "concluya el paro".
La oposición también se ha mantenido inflexible. Se niega aceptar la propuesta de Chávez de convocar un referendo revocatorio en agosto del 2003, cuando se cumple la mitad del mandato de seis años.