JERUSALÉN.- Las autoridades israelíes consideran que el Presidente palestino, Yasser Arafat, no debe asistir a la Misa de Gallo el próximo 24 de diciembre en la Basílica de la Natividad en Belén, ciudad bíblica ocupada por el Ejército israelí y bajo toque de queda.
Ranan Gisin, asesor del Primer Ministro israelí, Ariel Sharon, dijo que Arafat no es un hombre de paz y que debe quedarse en Ramallá, en lugar de asistir, como ya es tradición, a la misa que ofician los franciscanos en la Iglesia de Santa Catalina, aneja a la Basílica, donde nació Jesús.
En respuesta, Nabil Abu Rudaina, asesor de Arafat, afirmó desde Ramallá que las declaraciones de Gisin "son muy dañinas para las relaciones entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP)" y "constituyen una violación de los acuerdos firmados".
Israel ya prohibió el año pasado al presidente palestino asistir a la Misa del Gallo por primera vez desde que Belén fue transferida a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en 1995.
Pero no sólo Arafat tiene dudas de que le sea permitida su asistencia al oficio religioso, a quince días de la Nochebuena, el Ejército de Israel no tiene visos de retirarse, y los franciscanos no tienen constancia de que el día 24 los cristianos puedan acceder libremente a las celebraciones litúrgicas.
El alcalde de Belén, Hanna Naser, pidió a los cristianos de todo el mundo que se esfuercen para viajar durante las Navidades a la ciudad donde nació Jesús "por solidaridad" y "para presionar a Israel a que retire sus tanques" de ella.
"El Gobierno de Israel no respeta la cultura de los cristianos y mientras en Estados Unidos y Europa las calles ya están decoradas con motivos navideños, aquí estamos bajo toque de queda y ocupación", dijo Naser.
Los tradicionales adornos navideños no han podido ser colocados en la Plaza del Pesebre, donde se erige la Basílica.
Durante el año 2002 Belén ha sufrido seis incursiones militares israelíes.
La más duradera y tensa fue la del 2 de abril al 10 de mayo con el
asedio israelí a la Basílica de la Natividad y la última, la actual, comenzó hace once días tras el ataque del pasado 14 de noviembre perpetrado por un palestino que salió de Belén, se inmoló y mató a once israelíes.
Para su alcalde, "Israel castiga a Belén porque es consciente que este mes es muy importante para nosotros. Es un mes de esperanza, de paz y de amor".
Hanna Naser desconoce si el próximo día 19, los Patriarcas de Jerusalén podrán reunirse en la Plaza del Pesebre para orar por la paz o si la víspera de Nochebuena podrá ofrecer un concierto la Orquesta Filarmónica de Roma.