CARACAS.- La huelga general que amenaza con paralizar la industria petrolera en Venezuela entró en su segunda semana y por un tiempo indefinido, cuando las posiciones entre el Gobierno y la oposición parecen irreconciliables, a pesar del reinicio del diálogo previsto para ese lunes.
La militarización ordenada por el gobierno de las principales plantas del gigante Petróleos de Venezuela (PDVSA), corazón de la economía del país, y la confirmación este lunes de que siete de los ocho más altos ejecutivos de la empresa presentaron su renuncia, agravaron la situación sin que se vislumbre una salida rápida al conflicto.
En las calles de las principales ciudades del país los ánimos se han caldeado aún más, con cacerolazos de chavistas y opositores y concentraciones la mañana de este lunes en distintos puntos del país, principalmente en las afueras de las plantas petroleras.
La oposición afirma que el domingo logró la paralizacion del 80% de la producción petrolera, pero el gobierno desmintió el balance y ordenó la intervención de las fuerzas armadas para proteger la industria.
Seguidores de Chávez se apostaron a las afueras de varias distribuidoras de gasolina, resguardadas por la militarizada Guardia Nacional (GN), para garantizar la salida de combustible, que, según ellos, buscaban impedir los opositores, sin que se presentaran incidentes de gravedad.
En las ciudades de Maracaibo (500 km al oeste), de donde salen 1,8 millones de los 2,5 millones de barriles diarios, en Valencia (100 km al oeste) y Cumaná (275 km al este), varias gasolineras aparecieron cerradas este lunes; mientras que en Caracas se observaban largas filas de automóviles en busca de combustible.
La noche del domingo, Carlos Ortega, presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) la mayor central obrera, anunció que el paro es "indetenible" y continuará "con mayor fuerza", señalando que cada vez son más los sectores que se unen al movimiento.
Mientras tanto, los negociadores del Gobierno y la oposición se alistaban para volverse a sentar la tarde de este lunes en la mesa de negociación, con la mediación del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria.
Gaviria, quien la noche del sábado admitió que la solución a la huelga estaba cerca, busca una salida electoral a la crisis, potenciada por el golpe de Estado que lo sacó del poder el 12 de abril por 47 horas.
Chávez, quien acusa a sus opositores de arremeter contra PDVSA para reeditar ese golpe, ratificó el domingo que el gobierno "ha comenzado a reforzar la presencia militar para salvaguardar el corazón económico y social de la República", y dijo que tenía "asegurada la victoria porque no podrán parar la industria petrolera".
Sin embargo, sindicatos de oposición señalaron el domingo a la AFP que la industria petrolera venezolana se mantiene paralizada en más de un 80% y que en 48 horas podría paralizarse totalmente.
