CARACAS.— Los venezolanos esperan hasta cuatro horas para abastecerse de gasolina y tratan de almacenar agua y comida el lunes como consecuencia de un paro general en contra del Presidente Hugo Chávez, que ocasionó escasez en mercados, farmacias, bancos y estaciones de servicios.
La creciente paralización del país incrementó la presión sobre Chávez para que ceda ante la oposición que le pide que llame a elecciones adelantadas o que renuncie. El paro que cumple su octavo día ya afectó la producción de la industria petrolera, la quinta mayor del mundo y principal fuente de ingresos del país.
La gasolina, el agua potable y el dinero en cajeros automáticos son cada vez más escasos en Caracas y las principales ciudades del país.
Decenas de vuelos domésticos han sido cancelados, los bancos cerraron y los automovilistas hacen largas colas para abastecerse de gasolina, particularmente en la ciudad central de Valencia en donde se evidenció el cierre de planta de suministros y una refinería por tres días.
"Hay muchas compras nerviosas", dijo Dulce Araujo, dependiente de una tienda de Caracas.
José Pérez, gerente de una licorería, atendió a decenas de clientes, pero ellos no querían comprar licor. "Nadie está comprando alcohol. La gente viene a preguntar si tenemos agua o refrescos", añadió. "Ahora mismo tenemos bastante, pero se podría acabar el agua hoy y nosotros tendríamos que cerrar mañana", añadió.
"Yo estoy comprando enlatados porque pueden durar meses. Yo espero que las cosas se normalicen, pero algunos productos ya están comenzando a faltar’’, comentó Luisa de Perez.
Decenas de trabajadores aduaneros y agentes recaudadores de impuestos se unieron el lunes al paro que comenzó el 2 de diciembre.
Pilotos portuarios y trabajadores de los muelles suspendieron sus actividades en el desembarcadero de Puerto Cabello, que está a unos 130 kilómetros al noroeste de Caracas y concentra 62% de las exportaciones y 65% de las importaciones no tradicionales, de acuerdo al presidente del Instituto Nacional de Puertos, Jorge Serrano.
Chávez ordenó a las Fuerzas Armadas ayudar al Ministerio de Energía en sus esfuerzos por garantizar las exportaciones de petróleo y el suministro domésticos de combustibles por todos los medios, incluida la requisa temporal de flotas privadas de camiones cisternas.
La oposición quiere que Chávez se separe de la Presidencia, argumentando que ha puesto la democracia en peligro debido a lo que consideran tendencias autoritarias. Lo acusan de querer imponer políticas socialistas, fomentar la división de clases sociales y administrar mal la economía.
En principio la coalición opositora Coordinadora Democrática y las mayores organizaciones empresariales y sindicales del país comenzaron el paro general para presionar al Presidente Chávez a que convocase un referendo consultivo para febrero.
Saben que esa consulta popular, no sería vinculante, o sea, no obliga a Chávez a renunciar, pero confiaban que un resultado mayoritariamente adverso lo empujase a adelantar las elecciones o dimitir.
Pero después que tres personas fueron asesinadas el viernes en la noche, y otras 28 fueron heridas cuando pistoleros dispararon contra un acto opositor, los organizadores del paro han planteada que el referendo tendría carácter obligatorio.
El Gobierno rechaza la posibilidad de someterse prematuramente a una consulta popular debido a que la Constitución prevé que un referendo revocatorio sólo es posible al completarse la mitad del período presidencial de seis años.
Chávez cumple la mitad de su mandato en agosto del 2003.