MONTEVIDEO.- La Cámara de Diputados de Uruguay aprobó la despenalización del aborto, instancia histórica en el proceso legislativo hacia su eventual transformación en ley, y encendió este miércoles el debate sobre el polémico tema.
La aprobación se alcanzó en la Cámara por 47 votos a favor y 40 en contra, con 12 ausencias decisivas, tras una reñida discusión en la que participaron decenas de legisladores y que se prolongó por seis sesiones, récord de demora para votar un proyecto legislativo.
El proyecto pasará en fecha a definir al Senado, donde se anticipa que su sanción será difícil, y posteriormente, si fuera aprobado, pasará al Poder Ejecutivo, aunque el Presidente Jorge Batlle anticipó que vetará la iniciativa.
Después de la aprobación en Diputados, el obispo católico de San José, Pablo Galimberti, criticó a los legisladores que votaron el proyecto porque, en su opinión, la propuesta "tiende a eliminar vidas".
"Esto es una hipocresía porque todos los derechos están en red, no puedo negar unos y defender otros", apuntó Galimberti.
La socióloga Nea Filgueira, del Grupo de Estudio de Condición de la Mujer, celebró el tratamiento y la sanción de la iniciativa en la Cámara pues se trata de "un asunto de bienestar general".
"Las mujeres trabajamos bien (por el proyecto) porque nuestra argumentación fue seria y bien fundamentada, y no hablamos siempre de lo mismo como lo hicieron los contrarios a la despenalización", añadió.
Durante el debate, el diputado y médico José Bayardi, del Encuentro Progresista Frente Amplio (izquierda), argumentó a favor porque "si bien hay vida desde el momento de la concepción, si dejamos el Código Penal como está no se hará nada por salvar ni por defender la vida de nadie".
La legisladora Martha Montaner, del oficialista Partido Colorado (centroderecha), replicó que el fin de los embarazos no deseados "no pasa por la despenalización del aborto, sino por una coordinación de las políticas de educación, prevención, formación e información".
El diario El Observador (de orientación católica), único que editorializó sobre el tema, opinó que la Cámara Baja "escribió ayer (martes) una de las páginas más negras de su historia", por "la monstruosidad de legalizar la muerte de un hijo por libre decisión de la madre".
Uruguay avanzó con la decisión de la Cámara en un tema que se entendía saldado desde 1938 y que lo diferencia de la región, pues la mayoría de los países de América Latina, salvo Cuba, condena la práctica del aborto, con excepción de ciertos casos como el embarazo derivado de violación o si peligra la vida de la madre.
Doce diputados se retiraron de sala para evitar pronunciarse sobre la propuesta, que se votó nominalmente. Como el aborto no es materia programática de los partidos, los legisladores tuvieron libertad de acción en el momento de levantar la mano.
Entre las fuerzas de izquierda y centroizquierda hubo 38 votos a favor y seis en contra, mientras que en las de centroderecha y derecha se registraron nueve votos afirmativos y 34 en contra.
El texto propuesto establece que "las interrupciones de embarazo (...) serán consideradas acto médico sin valor comercial" y que "todos los servicios de asistencia médica integral, tanto públicos como privados (...) tendrán la obligación de llevar a cabo este procedimiento".
Añade que "bastará que la mujer alegue ante el médico circunstancias derivadas de las condiciones en que ha sobrevenido la concepción: situaciones de penuria económica; sociales; familiares o etáreas, que a su criterio le impidan continuar con el embarazo en curso".
El proyecto que autoriza a las madres a interrumpir sus embarazos en las 12 primeras semanas de gestación es rechazado por los principales líderes políticos.
Además de Batlle, del Partido Colorado, Tabaré Vázquez, del Encuentro Progresista Frente Amplio, y Luis Lacalle, del Partido Nacional (centroderecha), se pronunciaron en contra.
La legislación vigente prohíbe y penaliza el aborto en Uruguay, salvo cuatro excepciones: para salvar el honor (no se detalla en qué situaciones); frente a una violación; para salvar la vida de la madre; y frente a situaciones de angustia económica.
En Uruguay, según estimó un estudio parlamentario de 2001, se practican unos 30.000 abortos anuales, contra 55.000 nacimientos. Y de acuerdo con el Ministerio de Salud Pública, esas intervenciones causan una decena de muertes.
