WASHINGTON.- El Presidente de EE.UU., George W. Bush, anunció hoy un plan para dar un nuevo impulso a la economía, una semana después de renovar a su equipo económico, y prometió que extenderá a 750.000 estadounidenses las ayudas por desempleo.
"Presentaré propuestas específicas para aumentar el ritmo de la recuperación económica mediante un paquete de medidas para fomentar el crecimiento y el empleo", dijo Bush en su alocución radiofónica semanal, dedicada enteramente a hablar de economía.
La intervención del Presidente se produjo al término de una semana en la que nombró a John Snow como secretario del Tesoro, en sustitución de Paul O'Neill, y a Steve Friedman como su principal asesor económico, en sustitución de Lawrence Lindsey.
A estas designaciones se sumó la de William Donaldson como presidente de la Comisión del Mercado de Valores (SEC), en lugar de Harvey Pitt, en un intento por estimular una economía renqueante, el auténtico "talón de Aquiles" de la actual administración de EE.UU.
Bush se refirió a los nombramientos en su discurso y dijo que los tres "asumirán sus funciones en un momento importante para nuestra economía, en el que hay muchas señales buenas".
"La inflación está firmemente bajo control, lo cual significa que la comida, la ropa y otras necesidades básicas están más al alcance de la gente. Los tipos de interés permanecen en niveles históricamente bajos (...) y el crecimiento ha vuelto", afirmó.
Pero el Presidente reconoció que en EE.UU. "también afrontamos desafíos específicos que podrían demorar la recuperación y limitar el crecimiento futuro", por lo que abogó por "fortalecer la confianza de los inversores desde un punto de vista práctico".
Bush instó al Congreso, dominado por el partido Republicano tras las elecciones del 5 de noviembre, a unirse a él en este esfuerzo cuando reanude sus sesiones en enero y a retomar los asuntos que quedaron "inconclusos" en la anterior legislatura.
En concreto, se refirió a la necesidad de firmar "con urgencia" el proyecto de ley para extender el subsidio de desempleo a 750.000 estadounidenses, cuyos beneficios sociales vencen el próximo día 28.
"Estos estadounidenses dependen de estas prestaciones por desempleo para pagar la hipoteca o el alquiler, los alimentos y otros gastos fundamentales. Necesitan nuestra ayuda en estos tiempos difíciles y no podemos quedar mal con ellos", manifestó.