WASHINGTON.- La Casa Blanca denunció hoy por primera vez de manera oficial la existencia de "omisiones" en la declaración de armamento presentada hace 10 días por Irak a la ONU, en cumplimiento de la resolución 1441 del Consejo de Seguridad.
"El Presidente (George W. Bush) está preocupado por las omisiones en la declaración", dijo Ari Fleischer, portavoz de la Casa Blanca, tras una reunión del presidente con los miembros del Consejo de Seguridad Nacional para preparar una respuesta al informe.
Fleischer afirmó que en el Gobierno estadounidense "hemos aprendido mucho de la declaración" sobre los arsenales iraquíes, pero aclaró que el examen del documento de armas "no ha terminado".
El portavoz no especificó si la constatación de esas omisiones supone para Washington una "violación flagrante" de la resolución 1441, lo que podría abrir la puerta a una intervención armada.
"Estados Unidos seguirá presionando en favor de una aproximación reflexiva para tratar este asuntos y sus posibles consecuencias", manifestó Fleischer, quien tampoco confirmó si Bush se pronunciará en los próximos días para ofrecer una respuesta oficial.
En la última semana, medios estadounidenses informaron de que el Presidente hablará al respecto mañana, jueves, o el viernes.
Mañana, está previsto que el Consejo de Seguridad escuche las primeras impresiones del jefe del equipo de inspectores, Hans Blix, sobre la declaración del régimen de Saddam Hussein, tras lo cual Washington expresará su opinión sobre el contenido de la misma.
Las declaraciones de Fleischer se produjeron después de que el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, afirmara hoy que Saddam miente en la declaración sobre armas de destrucción masiva enviada al Consejo de Seguridad de la ONU.
Straw tildó de "falsedad obvia" las alegaciones de Bagdad sobre el abandono de su programa de desarrollo de armamento de destrucción masiva y subrayó que en el dossier hay "omisiones obvias".
Bagdad reiteró tras entregar el documento que no posee armas de destrucción masiva, lo que fue inmediatamente puesto en duda por el Gobierno de EE.UU., que reiteró que tiene constancia de todo lo contrario, pero volvió a declinar hacer públicas las pruebas.
"Sabemos que Irak tiene armas de destrucción masiva y programas para fabricar más", manifestó el viernes pasado el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, quien señaló que "lo que no está en el documento puede ser tan importante como lo que está".