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Cuatro médicos son asesinados a tiros en Yemen

Los fallecidos, que trabajaban en un hospital gestionado por religiosos cristianos baptistas, fueron asesinados por "un sólo fanático islámico, que les disparó con un fusil de asalto kalashnikov mientras se encontraban reunidos en una sala del centro sanitario", dijo la fuente.

30 de Diciembre de 2002 | 07:58 | EFE
DUBAI.- Cuatro médicos estadounidenses resultaron muertos a tiros hoy, lunes, en un atentado en Yemen, país considerado como uno de los refugios del grupo terrorista islámico Al Qaeda, que encabeza Osama Ben Laden.

Los médicos, dos hombres y dos mujeres, resultaron muertos a tiros en la ciudad de Yibla, en la provincia suroccidental de Ibb, unos 180 kilómetros al sur de Sana, señalaron fuentes de los servicios de seguridad yemeníes.

Las fuentes precisaron que, de los cuatro, tres resultaron muertos en el acto y el cuarto se encuentra "clínicamente muerto", aunque "se le mantienen artificialmente las constantes vitales".

La Embajada de EE.UU. en Sana confirmó la muerte de tres de los médicos estadounidenses y señaló que el cuarto está "gravemente herido".

Los fallecidos, que trabajaban en un hospital gestionado por religiosos cristianos baptistas, fueron asesinados por "un sólo fanático islámico, que les disparó con un fusil de asalto kalashnikov mientras se encontraban reunidos en una sala del centro sanitario", dijo la fuente.

El autor del atentado, identificado como Abed Abdelrazak Kamel, era estudiante de la Universidad Al Imán, que fue cerrada el año pasado al ser considerada un "centro integrista radical", y "se había afeitado la barba y trasladado anoche a Yibla" para cometer el atentado, agregaron las fuentes oficiales.

Kamel confesó, según las autoridades de seguridad, que había matado a los cuatro médico "para estar más cerca de Dios" y que es amigo de Ali Yeralá, detenido tras matar el pasado sábado en Sana al dirigente opositor socialista Yeralá Omar.

Tanto Kamel como Yeralá recibieron instrucción militar en Afganistán con grupo integristas islámicos, indicaron las fuentes.

Estados Unidos tiene docenas de agentes de su Policía Federal (FBI) y del Servicio Central de Información (CIA) en Yemen, dentro de un acuerdo de "cooperación en la lucha contra el terrorismo internacional".

Las autoridades yemeníes y estadounidenses han reforzado desde el pasado año las medidas de seguridad en torno a la Embajada de EE.UU. en Sana y los lugares donde trabajan ciudadanos de ese país en Yemen.

La legación diplomática estadounidense ha cerrado en el último año en varias ocasiones sus puertas al público durante varios días, como medida de seguridad temporal para evitar posibles atentados.

Yemen está considerado como uno de los países en los que se refugian miembros de Al Qaeda, la organización terrorista islámica encabezada por el saudí Osama Ben Laden, a la que EE.UU. responsabiliza de los atentados contra Nueva York y Washington del 11 de septiembre de 2001.

Según las autoridades estadounidenses, tras la caída del régimen ultrintegrista islámico de los talibanes en Afganistán, a finales del año pasado, muchos seguidores de Al Qaeda se trasladaron en busca de refugio a Yemen, país del que es originaria la familia Ben Laden.

El pasado noviembre, un avión no tripulado de la CIA atacó un vehículo y mató a las seis personas que viajaban en el coche, entre ellas varias a las que EE.UU. consideraba destacados miembros de Al Qaeda.

En los últimos años, en Yemen se han producido diversos atentados atribuidos a grupos supuestamente relacionados con Al Qaeda, entre ellos el cometido en octubre del 200 contra el destructor de EE.UU. "Cole", en el puerto de Adén, donde murieron 17 marinos estadounidenses y los dos autores del ataque.

El pasado octubre, en otro atentado con explosivos, resultó muerto en aguas yemeníes del Golfo de Adén un marinero del petrolero francés "Limburg".

Yemen, uno de los países con unos ingresos por habitante más bajos del mundo, tiene una sociedad muy tradicional y religiosa, básicamente tribal, en la que los clanes se rigen por normas ancestrales que chocan en ocasiones con la legislación del Estado.

Las autoridades centrales tienen un relativo control del territorio, donde se calcula que hay unos 50 millones de armas de fuego en manos privadas, en un país de 17 millones de habitantes.