GAZA.- Israelíes y palestinos pusieron fin este martes a un año presidido por la violencia en una región que observa con preocupación las consecuencias de una posible intervención armada de Estados Unidos en Irak.
Desde que comenzó la segunda Intifada, el 28 de septiembre de 2000, hubo en la región al menos 2.807 muertos, 2.073 de ellos palestinos y 685 israelíes.
Sólo el lunes, cinco palestinos perdieron la vida en enfrentamientos en Cisjordania y la Franja de Gaza, y durante la madrugada el ejército israelí continuó los registros y detenciones en los territorios ocupados, donde arrestó a doce palestinos.
Una militante del grupo radical Jihad islámica, Eitaf al-Hayam, así como sus dos hermanos Raed y Yehya, fueron detenidos en su domicilio en Beit Jala, cerca de Belén, en Cisjordania, informó su familia.
Otros cuatro activistas palestinos buscados por los servicios de seguridad israelíes fueron arrestados en Kalkiliya, al norte de Cisjordania. Los activistas llevaban un fusil de asalto Kalashnikov y una pistola, según fuentes militares.
Finalmente, los soldados israelíes detuvieron a otros cinco palestinos en Dura, una ciudad de 40.000 habitantes cerca de Hebrón, al sur de Cisjordania, donde vivían los autores de un ataque perpetrado el viernes por la noche en la colonia de Otniel, en el mismo sector.
Los dos atacantes, según parece miembros de la Jihad islámica, murieron después de haber asesinado a cuatro israelíes y herido a otros ocho en Otniel, y las casas de sus familias fueron inmediatamente destruidas por el ejército israelí.
En una entrevista a la radio militar israelí, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, consideró que "Irak está cooperando con los inspectores" de la ONU en la tarea de garantizar que Bagdad no almacena ni produce armas de destrucción masiva y que por ahora "no hay razones para iniciar una acción militar".
Sin embargo, Israel se prepara para esta posibilidad. Según el diario Haaretz, los servicios secretos del Estado hebreo temen que terroristas enviados por Irak o alguna organización extremista, palestina o extranjera, se infiltren en Israel y lleven a cabo un ataque con armas químicas o biológicas.
El diario asegura que una unidad especial antiterrorista de la policía, conocida por el acrónimo en hebreo Yamam, está entrenada especialmente para reaccionar en caso de que esta hipótesis se haga real.
Durante la guerra del Golfo de 1991, 39 misiles Scuds iraquíes con ojivas convencionales fueron lanzados al territorio israelí. Dos personas murieron, centenares resultaron heridas y miles quedaron sin hogar.
Por ello, Israel teme volver a ser blanco de un ataque similar y ha preparado sus baterías de misiles antimisiles Hetz y Patriot capaces de interceptarlos antes de tocar tierra.
Según Esther Krasner, experta del ministerio israelí de Defensa citada el martes por el diario local Haaretz, dos tercios de las máscaras de gas distribuidas a prácticamente toda la población israelí, que ronda los 6,6 millones de personas, serán completamente inútiles en caso de ataque químico o biológico.
Por su parte, el diario Yediot Aharonot confirmó que hubo importantes negligencias en la distribución de las máscaras y en la organización de otras formas de prevención. Por ejemplo, el periódico señaló que las vacunas contra la viruela fueron guardadas en un frigorífico en tubos de ensayo que no estaban esterilizados y contenían agentes causantes de la peste, la salmonelosis y otras enfermedades.