BUENOS AIRES.— La confusión dentro del gobernante partido Justicialista (peronista) pareció aumentar por la dura pugna entre el Presidente Eduardo Duhalde y su rival partidario, el ex Mandatario Carlos Menem.
Mientras tanto, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, se agregó a la nómina de posibles precandidatos presidenciales del peronismo.
El principal motivo del enfrentamiento es la determinación de Duhalde, que controla el Congreso peronista, de bloquear el retorno al poder de Menem, de 72 años, uno de los cuatro precandidatos de ese sector político para las elecciones presidenciales del 27 de abril.
El camino elegido por Duhalde es la suspensión de las postergadas primarias presidenciales del peronismo del 23 de febrero, que Menem tiene posibilidades de ganar, con lo que el justicialismo no tendría un candidato oficial.
Los precandidatos podrían concurrir por separado a las elecciones de abril, lo que reduciría considerablemente las posibilidades de Menem, que suscita fuerte rechazo en los medios independientes.
Duhalde, que goza de prestigio en los medios independientes, respondió que si las elecciones se realizan en abril, como está programado, le resultaría imposible aceptar su candidatura.
Pero en caso de haber una postergación de los comicios, por ejemplo hasta octubre, podría presentarse como candidato.
Aparte de Menem, los otros precandidatos peronistas son el ex presidente Adolfo Rodríguez Saá, que gobernó fugazmente durante una semana en diciembre de 2001, y los gobernadores de Santa Cruz, Néstor Kirchner y de Córdoba, José Manuel de la Sota.
Rodríguez Saá, que levanta las viejas banderas nacionalistas y populistas del peronismo, sigue encabezando la intención de voto en las distintas encuestas. Está enfrentado tanto con Duhalde como con Menem.
Kirchner y De la Sota serían aceptables para Duhalde, pero no logran suficiente respaldo en el electorado independiente.
La "ventaja comparativa" de Solá, según una fuente peronista, es que tiene reputación de político honrado y eficiente, con mayor aceptación entre el electorado independiente que entre los integrantes de los desprestigiados aparatos internos del justicialismo.
Si el peronismo concurriera dividido a las elecciones, podrían aumentar las posibilidades de la candidata centroizquierdista Elisa Carrió, del ARI (Alternativa de una República de Iguales), que figura en segundo lugar en las encuestas, después de Rodríguez Saá.
