SEÚL.- Corea del Norte instó este martes a Estados Unidos a que se siente en la mesa de negociaciones, y advirtió que la aplicación de sanciones económicas en su contra significaría una guerra "sin piedad".
La advertencia tuvo lugar horas después de que el Presidente estadounidense George W. Bush dijera que seguía abierto al diálogo con el aislado país, al que ha calificado como parte de un "eje del mal" junto con Irak e Irán, y después de que el organismo regulador nuclear de la ONU diera a Pyongyang una última oportunidad para que vuelva a aceptar a los inspectores expulsados.
También coincidió con el viaje de un enviado presidencial de Corea del Sur hacia Washington, en una nueva iniciativa para desactivar la crisis por los programas nucleares de Corea del Norte.
En un reporte de la agencia de noticias KCNA de Pyongyang, donde se quejaba por la breve confiscación por parte de Estados Unidos de un cargamento de misiles norcoreanos destinados el mes pasado a Yemen, la agencia dijo que la atribución de Washington del derecho a interceptar barcos era prueba de su "política hostil ilegal e inhumana" hacia Corea del Norte, y del unilateralismo de Washington.
"Lo que importa es que semejante piratería se está cometiendo como parte de la estrategia de contención a medida de Estados Unidos contra la DPRK (Corea del Norte). La estrategia implica sanciones económicas totales destinadas a aislar y acallar a la DPRK", agregó la agencia.
Advirtió además que "las sanciones significan una guerra, y la guerra no sabe de piedad. Estados Unidos debería optar por el diálogo con la DPRK, no la guerra, claramente consciente de que tendrá que pagar un precio muy alto por semejantes actos temerarios", añadió.
Por su parte, el asesor de seguridad nacional de Corea del Sur, Yim Sung-joon, enviado a Washington el martes, tendría previsto sugerir que Estados Unidos conceda a Corea del Norte garantías de seguridad y promesas de que reanudará la provisión de energía, a cambio de que Pyongyang abandone su programa nuclear.
OIEA pide cambio de postura
Entre tanto, el lunes, en Viena, la junta del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) aprobó una resolución que dice que Corea del Norte debe cooperar con sus inspectores, o el organismo dirá oficialmente al Consejo de Seguridad de la ONU que el país viola las salvaguardias nucleares.
Un funcionario de Corea del Sur dijo que la comunidad internacional respalda el ultimátum del OIEA.
"Básicamente, la decisión del OIEA refleja la voz unificada de la comunidad internacional y esperamos que Corea del Norte recibirá el mensaje", dijo Kim Moon-hwan, del Ministerio de Relaciones Exteriores de Corea del Sur.
La tensión ha ido en aumento en la península coreana desde fines de diciembre, cuando Corea del Norte expulsó a los inspectores del OEIA y reactivó un reactor que había sido congelado en 1994, cuando el país aceptó terminar con ese tipo de actividades a cambio de combustible de Estados Unidos y de sus aliados.
Bush dijo que Estados Unidos conversará con Corea del Norte, pero un funcionario de la Casa Blanca dijo que el diálogo podría comenzar sólo después de que Pyongyang desmantele sus programas de armas nucleares.
"Tendremos diálogo. Hemos tenido diálogo con Corea del Norte", dijo Bush a la prensa después de un encuentro del gabinete.