CARACAS.- El Presidente venezolano, Hugo Chávez, advirtió el martes que combatirá con todas sus armas la "rebelión tributaria" promovida por sus opositores, mientras miles lo desafiaron rompiendo planillas de declaración de impuestos en medio de un "paro cívico" que exige su renuncia.
Bajo la consigna de "ni un bolívar más", los opositores marcharon en Caracas en apoyo a la desobediencia impositiva, que constituye otro endurecimiento del paro que promueven desde hace 37 días organizaciones sindicales, empresariales y políticas.
La medida, a la que se convocó a adherir a los ciudadanos y comerciantes, pretende estrangular los ingresos del Gobierno, ya golpeados por la casi paralización de la vital industria petrolera del quinto exportador mundial de crudo.
Chávez retó a sus adversarios: "¡Alerto!, es un delito no pagar impuesto", dijo en un mensaje al país en cadena de radio y televisión, y advirtió que esto será penado con prisión y multas.
En su mensaje desde una escuela en la barriada popular de Catia, en el oeste de Caracas, el fornido líder calificó de "apátridas" a los promotores de la desobediencia tributaria.
Belkis Soto, un ama de casa de 57 años que participó en la marcha opositora hasta dos de las principales oficinas del organismo tributario (Seniat) en Caracas, dijo: "No vamos a pagar hasta que este Gobierno se vaya".
En tanto, un alto funcionario de Departamento de Estado de Estados Unidos advirtió que su país podría buscar otros proveedores de petróleo a menos que el Gobierno de Chávez y los opositores encuentran una rápida salida a la crisis.
"Muchos países lo producen y al final del día Venezuela es la que va a salir perdiendo si no resuelve esto, porque compraremos nuestro petróleo en otra parte", dijo el funcionario que pidió el anonimato.
Venezuela suple casi el 14 por ciento de las importaciones petroleras de Estados Unidos.
Chávez: Estamos en situación de guerra
La marcha hasta las oficinas de la autoridad tributaria formó parte de un rosario de protestas que ha organizado la oposición desde que comenzó el paro el 2 de diciembre, y que en algunos casos han culminado en violentos choques callejeros.
El viernes, en uno de esos enfrentamientos, dos partidarios de Chávez fueron muertos por armas de fuego. Cada bando culpa al otro de la creciente violencia que ha causado grandes preocupaciones en la comunidad internacional.
El paro ha generado desabastecimiento de gasolina y de algunos bienes básicos, lo que ha incrementado la tensión política y levantado el temor de un estallido social.
El Gobierno de Chávez, derrocado fugazmente en abril por un grupo de militares y civiles en medio de violentos choques callejeros que dejaron más de 60 muertos, dijo que los defraudadores podrían recibir penas de cárcel de entre seis meses a siete años.
"Tengan la seguridad que en esta batalla triunfaremos", dijo Chávez, quien llegó hace casi cuatro años al poder luego de un aplastante triunfo electoral.
Sus detractores lo acusan de haber llevado a la ruina económica al país, que enfrenta una de las peores contracciones, y de concentrar la mayoría de los poderes en manos de sus partidarios.
El Mandatario los califica de conspiradores apoyados en el poderío de las elites económicas y de los medios de comunicación, a quienes combate y les declaró la guerra.
"Estamos en una situación de guerra, afortunadamente no es guerra militar y estoy seguro que no habrá guerra militar (...). Pero estamos en una situación de guerra económica, de guerra política", dijo Chávez a periodistas tras su mensaje.
El gobernante -quien cada año celebra el intento de golpe de Estado que encabezó en febrero de 1992- dijo que en estos momentos no descarta ningún escenario, ni siquiera el de decretar la emergencia económica.
"En situación de guerra, yo aprendí, uno tiene que prepararse siempre para el peor escenario. Yo estoy preparado para el peor, de los peores, de los peores de los escenarios y en cualquiera derrotaremos a los enemigos de la patria", dijo.
Desatada desobediencia civil
La "desobediencia civil" se basa en el artículo 350 de la Constitución, según el cual "el pueblo venezolano (...) desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos".
Los organizadores del "paro cívico" exigen la renuncia del Presidente y elecciones anticipadas, pero Chávez dice que deben esperar hasta agosto, cuando a la mitad de su Gobierno la Constitución permite convocar a un referendo revocatorio, que lo obligaría a dimitir si le es adverso.
La oposición sostiene que la única salida de consenso que existe a la crisis es la electoral, cuyo primer paso es un referendo consultivo sobre si Chávez debe renunciar inmediatamente y de manera voluntaria, que está previsto para el 2 de febrero pero que no lo obliga a dimitir.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, -quien auspicia una negociación para una salida electoral a la crisis venezolana- condenó el lunes los hechos de violencia y dijo que "estamos en un momento crítico".
Tanto en Caracas como en el interior del país cientos de personas reclamaban en los supermercados el derecho a no pagar el impuesto por sus compras, mientras a raíz del paro muchos comercios permanecían cerrados y la mayoría de las escuelas privadas no iniciaron las clases tras las vacaciones.
Dirigentes sindicales amenazaron con una huelga de 48 horas en los bancos, que funcionan con horario restringido a raíz del prolongado paro, mientras los presidentes de las instituciones financieras prevén reunirse el miércoles para decidir sobre una resolución oficial que les inste a normalizar sus operaciones.
El político Andrés Velásquez, integrante de la alianza opositora Coordinadora Democrática, anunció que la "desobediencia civil" será ampliada al no pago de servicios públicos, teléfono, electricidad y agua.
"Esta es una de las salidas que pronto vamos a anunciar con el propósito de estrangular a este Gobierno, un Gobierno que se robó los recursos (...) un Gobierno que generó pobreza y no generó empleo. La respuesta que le tenemos que dar es ésa, no pagar impuestos, ése es el propósito", dijo.
