KUWAIT.— Soldados norteamericanos comenzaron a entrenarse este lunes para algunos de los combates más peligrosos que pueden encontrar al arribar más tropas a Kuwait, en la mayor concentración de soldados norteamericanos desde la guerra del golfo Pérsico de 1991.
Las maniobras intentan aguzar la disposición de las tropas para la clase de lucha que podrían librar si el Presidente George W. Bush ordena una invasión de Irak a fin de obligar al régimen de Saddam Hussein a entregar sus presuntas armas de destrucción masiva.
En abandonados edificios de una antigua mina de cuarzo en el desierto de Kuwait, una compañía de la Fuerza de Tareas 315 de la tercera división de infantería del ejército norteamericano llevó a cabo reiterados ensayos, día y noche, tratando de eliminar a combatientes enemigos mientras intentaba evitar bajas entre los civiles.
Aunque un sitio desértico es muy diferente a una zona urbana llena de edificios, el estilo de combate en ambos casos expone a la infantería a mayor cantidad de bajas que lo normal a medida que se desplazan entre estructuras para adoptar decisiones de vida o muerte en cuestión de segundos.
"Hay diferencias fundamentales entre atacar un campamento como éste y una zona urbana real", dijo el capitán Josh Wright, de 29 años, un comandante de compañía. "En una ciudad pueden encontrarse muchas cosas diferentes: personas en un mercado, o madres llevando a sus hijos a la escuela".
Pero Wright dijo que el ejército norteamericano se ha acostumbrado a actuar en zonas urbanas en sitios como Bosnia, Kosovo, Afganistán y Somalía.
Estrategas norteamericanos creen que Saddam podría concentrar su resistencia en Bagdad. Eso plantea la posibilidad de fuertes bajas entre los norteamericanos, y también el pago de un alto precio político si mueren gran cantidad de civiles.