MONTREAL.- Astrónomos canadienses y estadounidenses descubrieron tres nuevos satélites en torno a Neptuno, que hasta el presente contaba con ocho satélites conocidos, anunció este lunes el Consejo Nacional de Investigación de Canadá (CNRC).
Estos tres nuevos satélites, de 30 a 40 km de diámetro, son irregulares, es decir que no se formaron al mismo tiempo que el planeta, sino que fueron "capturados" al pasar por su campo de atracción.
Los científicos creen que son el resultado de una colisión entre una antigua luna y un cometa o un asteroide.
"Durante estas colisiones, una parte de la luna madre se separa y produce una familia de satélites", explicó a la AFP J.J. Kavelaars, del CNRC, que dirigió el estudio con Mathew Holman del centro de astrofísica Harvard-Smithsonian.
Con este nuevo descubrimiento, el planeta gaseoso, el octavo más alejado del Sol, tiene seis satélites regulares conocidos, descubiertos por la sonda Voyager II en 1989, y cinco irregulares.
Mientras que los dos primeros satélites irregulares están muy cerca de Neptuno, los tres nuevos se sitúan lejos del planeta, a imagen de los que gravitan alrededor de Júpiter, Saturno y Urano.
Este gigantesco planeta, el cuarto más grande con un diámetro de 49.532 km, intriga a los científicos, que intentan comprender su lugar en el Sistema Solar y verificar la hipótesis de que tendría una influencia sobre los cometas más allá del Sistema Solar.
Kavellars estima que próximamente se podrán identificar nuevos planetas en torno a Neptuno utilizando el mismo método que su equipo desarrolló para sus investigaciones.
Los astrónomos, que comenzaron sus trabajos en agosto de 2001, utilizaron un telescopio de 4 m, del observatorio Cerro Tololo en Chile, y otro de 3,6 m situado en Hawai, para fotografiar varias veces el cielo que rodea a Neptuno.
Según ellos, estos satélites, cuya superficie está cubierta de rocas y hielo, no eran sencillos de detectar, teniendo en cuenta su reducido tamaño y su distancia del Sol.
Trazando numéricamente el desplazamiento del planeta, y comparándolo con fotografías tomadas para aumentar la señal dejada por objetos débilmente luminosos, se consiguió descubrir la traza de estos nuevos satélites.