BEIJING.- La mantención de la ayuda humanitaria a Corea del Norte es una "cuestión de vida o muerte" para cerca de ocho millones de personas en este país, afirmó hoy desde Beijing el emisario de Naciones Unidas Maurice Strong en Pyongyang.
"La crisis humanitaria es una crisis real, no sólo una crisis potencial. Afecta a la vida y al futuro de entre seis y ocho millones de habitantes, a causa del fracaso de una política económica centralizada pero también por una serie de catástrofes naturales", advirtió Strong tras una misión de cuatro días a este país.
Desde 1995, Corea del Norte ha conocido varias hambrunas graves y, según ciertas estimaciones occidentales, cerca de dos millones de personas morirán de hambre en el país en los próximos siete años.
"No podéis convertir a los niños, los enfermos y los ancianos en las víctimas de una crisis política con la que no tienen nada que ver", insistió el emisario estadounidense.
El año pasado numerosos países redujeron su ayuda a Corea del Norte, principalmente a causa de la demanda de fondos procedente de Afganistán, pero también por los problemas bilaterales con Pyongyang.