JERUSALÉN.- El Partido Laborista de Israel volvió a perder terreno en nuevas encuestas publicadas el jueves, cinco días antes de unas elecciones generales en que todo aparenta que el Primer Ministro Ariel Sharon y su partido derechista Likud retendrán el poder.
Las encuestas de opinión publicadas en los tres principales periódicos israelíes reflejaron un descenso sin precedentes de los laboristas, una agrupación de centroizquierda, a 18 escaños en el parlamento (Knesset) de 120, mientras que el Likud avanzó hasta 34.
Hasta ahora se esperaba que los laboristas conquistaran 20 bancas y el Likud 31.
El apoyo a los laboristas ha ido en picada debido a luchas internas y preocupación de los votantes sobre su disposición a sostener conversaciones de paz con el líder palestino Yasser Arafat incluso si los militantes palestinos siguen realizando atentados suicidas y otros ataques.
Las encuestae reanudar las negociaciones de paz en el Oriente Medio no son claras, pero los comentaristas políticos consideran que los puntos de vista del partido se inclinan más a la derecha en estos temas.
’’Hay casi un empate entre Shinui y el Laborista’’, informó el periódico Yedioth Ahronoth. ’’Había una sensación de depresión anoche entre los laboristas de que el partido está al borde de un colapso’’.
Según la encuesta del Yedioth, realizada por la agencia Dahaf, Shinui ganaría 17 escaños y los laboristas de 18 a 19. El Partido Laborista cuenta actualmente con 25 bancas en el Knesset y Shinui sólo con seis.
El resultado convertiría a Shinui en el principal mediador de poderes en el parlamento, con la capacidad de establecer términos estrictos en un posible gobierno de coalición con Sharon.
El líder de Shinui, Tommy Lapid, ha criticado abiertamente a los partidos políticos ultraortodoxos y dice que su partido nunca se unirá a un gobierno que incluya a partidos religiosos.
Tal condición dificultaría a Sharon formar un gobierno estable, especialmente si los laboristas se aferran a su promesa de no aliarse de nuevo en una coalición de unidad nacional con el Likud.
La única opción que le quedaría a Sharon sería formar una coalición de ultraderecha con varios partidos pequeños que muchos analistas políticos opinan que no podría durar su término de cuatro años.
La encuesta de Yedioth vaticinó además 11 escaños para el partido ultraortodoxo Shas, uno de los rivales principales de Shinui, siete bancas para el ultranacionalista Unión Nacional y ocho para el izquierdista Mertz.
Los sondeos del diario de izquierda Haaretz reflejaron al Likud con 31 escaños, los laboristas con 18-19 y Shinui 16.
En la encuesta del periódico Maariv, sin embargo, Shinui alcanzaría de 15 a 16 escaños, los laboristas 18 y Likud 31. El margen de error en las tres encuestas fue de cuatro por ciento y en ellas participaron de 500 a 876 personas.