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Miles de italianos despiden a Agnelli

Cientos de personas han asistido al velatorio del patriarca de la Fiat, Giovanni Agnelli, quien recibe honores reservados habitualmente a jefes de Estado y figuras religiosas.

25 de Enero de 2003 | 10:45 | Reuters
TURIN.- Michael Schumacher inclinó la cabeza frente a italianos de todas las condiciones, mientras miles de ellos esperaban el sábado para presentar sus respetos al patriarca de Fiat, Giovanni Agnelli, el rey de los negocios italianos.

Aunque la que fuera una vez la joya de su imperio industrial esté ahora cada vez más empañada, el empresario que nunca dejó de estar bajo el escrutinio público durante su vida, recibe honores reservados habitualmente a jefes de Estado y figuras religiosas.

Los trabajadores de la fábrica Fiat, hombres de negocios, estrellas del deporte y líderes sindicales se acercaron al centro de Turín para honrar a un hombre cuyo imperio abarcaba los sectores del automovilismo, la energía, los vinos Chateaux Margaux y los bólidos de Ferrari en la Fórmula 1.

Miles de personas pasaban en fila ante el ataúd en la primera fábrica de Fiat, Lingotto, en el corazón de Turín, donde las banderas ondeaban a media asta bajo un cielo azul mezclado con las cumbres nevadas de los Alpes.

Los estandartes adornados con logos de Fiat colgados al lado de otros con los del equipo de fútbol Juventus eran un homenaje a un hombre recordado por su pasión por el deporte, el arte, las mujeres bonitas y los negocios.

La policía dijo que la fábrica se mantendría abierta por la noche si era necesario.

El domingo se celebrará un homenaje en la catedral de Turín, tras el cual tendrá lugar un funeral familiar privado. Se espera que sea enterrado en el panteón familiar.

Los familiares de Agnelli se situaban en fila para saludar a aquellos que llegaban a dar el pésame, como el piloto de Fórmula 1 Michael Schumacher, el director de Ferrari Luca di Montezemolo y el equipo de la Juventus de Turín al completo.

El hermano pequeño de Agnelli, que está preparado para hacerse cargo de los negocios familiares, se mantenía al lado del nieto, John Elkann, a quien se considera la esperanza del futuro para Fiat, compañía fundada por el abuelo de Agnelli en 1899.

La muerte de Agnelli fue el tema dominante en los medios de comunicación italianos, con los periódicos de tirada nacional dedicando tantas páginas como lo hicieron a los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Pero la nostalgia se mezclaba con interrogantes sobre cómo la enferma Fiat sobreviviría sin Agnelli, su gran defensor.

Se considera que Umberto Agnelli está menos enamorado de los coches, que en el apogeo de Fiat bajo la dirección de Agnelli incluía iconos de diseño como el pequeño Cinquecento.

Elena Pertossa, una enfermera de 70 años que trabajó en una planta de Fiat durante 20 años, se dirigió al tejado del edificio Lingotto, donde la familia Agnelli construyó una pista de carreras para probar los coches, para ofrecer su último homenaje al difunto.

"Fue un hombre feliz, carismático e inteligente, pero murió en un mal momento," dijo.
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