DAVOS, Suiza.- El flamante presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió este domingo a los países más industrializados declarar "la guerra al hombre" y crear un fondo internacional para combatir la pobreza en el Tercer Mundo.
"Propongo crear un fondo internacional para combatir la miseria, el hambre y la pobreza en los países del Tercer Mundo", dijo el ex sindicalista y flamante presidente brasileño en la reunión anual del Foro Económico Mundial que se realiza en Davos, Suiza, y que reúne a los líderes de la comunidad política y empresarial global.
Dijo que el fondo podría ser creado por el Grupo de los Siete (G7) países más industrializados y apoyado por inversores internacionales.
"Muchas veces la pobreza, el hambre y la miseria son los disparadores del fanatismo y la intolerancia", dijo Lula, quien asumió la presidencia de su país el 1 de enero.
Brasil es el país más poblado de América Latina, con más de 175 millones de habitantes, y es la novena economía del mundo.
"Necesitamos urgentemente unirnos en busca de la paz mundial y declarar la guerra al hambre, y ustedes pueden estar seguros de que Brasil realizará su parte del trabajo que le toque hacer".
En su primer discurso internacional, Lula lanzó el reto a los líderes de la comunidad política y empresarial global, aunque no dio más detalles sobre el propuesto fondo.
Lula, visto con recelo por algunos inversores que temen pueda dañar la economía de su país con políticas populistas, declaró la guerra al hambre en su país bajo un nuevo programa bautizado "cero hambre", y lo convirtió en la prioridad de su gobierno de centro-izquierda.
Trato justo a países del Tercer Mundo
En un discurso apasionado, Lula mencionó varias veces la división entre países ricos y pobres, y habló de la necesidad de luchar en favor de un trato justo para los países en vías de desarrollo, sobre todo en el comercio y la deuda externa.
"Más de 10 años después de la caída del Muro de Berlín, aún vemos otros muros que separan a los que comen de los que tienen hambre; a los que tiene trabajo de los que están desempleados; a los que viven con dignidad de los que viven en las calles o en barrios marginales", dijo.
"Brasil debe salir del círculo vicioso de obtener nuevos préstamos para pagar préstamos anteriores... Queremos un comercio libre, que se caracterice por la reciprocidad".
Indicó que todos los esfuerzos de Brasil para aumentar sus exportaciones serán inútiles si otras naciones practican el proteccionismo mientras hablan en favor del libre comercio.
Prometió aplicar la misma fuerza de negociación con los países ricos que la que mostró durante sus años de líder sindical con los empresarios y patrones.
"Queremos respetar los derechos de todos. Pero también quiero que otros respeten los derechos de Brasil. No queremos ser tratados como ciudadanos de segunda, queremos un trato en igualdad de circunstancias".
Brasil, dijo, está "luchando contra la corrupción con mucha fuerza" y está abierto a la inversión extranjera.
"Brasil no puede continuar siendo un gigante dormido. Y si Dios quiere, despertaremos a este gigante", dijo.
Lula, un crítico de la globalización, hizo uno de los discursos más lúcidos de este Foro de Davos, un evento que suele ser ridiculizado por sus detractores como un festival desinteresado y panacea del capitalismo.
El presidente brasileño llegó directamente del Foro Social Mundial que se celebra en Porto Alegre, Brasil, que algunas veces se ha retratado como una reunión "anti-Davos".
Su discurso en Davos fue aplaudido calurosamente. "Me gustaría invitar a todos lo que están en esta reunión, en la montaña mágica de Davos, a que vean el mundo con una nueva mirada", dijo.
"Es absolutamente necesario construir el orden económico mundial para cumplir con las demandas de miles de millones de personas que viven en la marginalidad", agregó.