CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Juan Pablo II confirmó la excomunión de las siete mujeres ordenadas sacerdotisas en Austria en junio del pasado año por el obispo cismático argentino Rómulo Antonio Braschi.
El decreto de excomunión, con la aprobación final del Pontífice, fue hecho público hoy por la Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) a través de la oficina de prensa de la Santa Sede.
La Congregación, presidida por el cardenal Joseph Ratzinger, mantuvo dos reuniones el pasado diciembre para analizar el recurso presentado por las afectadas tras la excomunión anunciada en agosto.
De forma colegiada, los miembros de este organismo decididieron rechazar el recurso al acusarlas de crear "una secta" en flagrante desobediencia al Santo Padre y a los obispos austríacos, según explicó hoy el Vaticano.
Las mujeres excomulgadas son Christine Mayr-Lumetzberger, Adelinde Theresia Roitinger, Gisela Forster, Iris Múller, Ida Raming, Pia Brunner y Angela White. Se trata de cuatro ciudadanas alemanas, dos austríacas y una estadounidense.
Su ceremonia de ordenación fue oficiada el pasado 29 de junio en un barco en aguas de Danubio por el obispo cismático Rómulo Antonio Braschi, argentino de 61 años y fundador de una secta llamada Iglesia Carismática Católico-apostólica de Jesús Rey, quien ya había sido excomulgado en la década de los años '70.
La Iglesia fundada por Braschi tiene su sede en Munich (Alemania) y asegura que a la misma pertenecen unos 15 mil fieles repartidos por Europa y el continente americano.
Como reacción contra las ordenaciones, la Congregación para la Doctrina de la Fe les comunicó la excomunión el pasado 5 de agosto, una vez expirado el plazo concedido para su "arrepentimiento".
Entre las motivaciones para la decisión de hoy, la Santa Sede explica que las mujeres fueron ordenadas por un obispo "cismático", y que éstas rechazan el principio doctrinal de la Iglesia que no reconoce a las mujeres la facultad de ejercer el sacerdocio.
También se señala que con su actitud ponen en tela de juicio el carácter "no reformable" de las disposiciones del Pontífice y que algunas de ellas hacen proselitismo al atraer a grupos de fieles en una "desobediencia sectaria" a la jerarquía eclesiástica.
Tras la confirmación de la excomunión, la Santa Sede hizo votos para que las siete mujeres "auxiliadas con la gracia del Espíritu Santo, puedan encontrar de nuevo el camino de la conversión a fin de que retornen a la unidad de la fe y la comunión con la Iglesia que han herido con su gesto".