ROMA.- La Iglesia Católica y las Antiguas Iglesias de Oriente abrieron hoy en el Vaticano una nueva fase del diálogo que llevan a cabo en la expectativa de contribuir a la unión de los cristianos.
En el encuentro, que se prolongará hasta el próximo miércoles, participan representantes de la Santa Sede y de los Patriarcados copto ortodoxo de Egipto, sirio ortodoxo de Antioquía, de la Iglesia Apostólica armenia y de las ortodoxas de Etiopía y Eritrea.
Las reuniones se celebran en la sede del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y tienen carácter preparatorio, ya que se debatirá sobre los temas y los métodos de trabajo.
El Papa recibirá mañana martes en audiencia a los participantes con un mensaje de esperanza para afrontar las dificultades que entraña este diálogo, tal y como señaló la pasada semana en una alocución en la que volvió a proponer que se discutan sus poderes en aras de la unidad.
"En esta perspectiva, he considerado útil proponer una reflexión común sobre el ministerio del Obispo de Roma, con el fin de encontrar una forma de ejercicio del Primado, que, sin renunciar en a lo esencial de su misión, se abra a una nueva situación", dijo el Papa en la audiencia general del pasado miércoles.
Juan Pablo II expresó su satisfacción por los progresos habidos, aunque reconoció que si bien actualmente los cristianos se lleven mejor "el camino sigue estando cuesta arriba, con obstáculos y aprietos".
Los ortodoxos y los armenios no reconocen el primado del Papa de Roma, al que sólo consideran obispo. A los ortodoxos y los protestantes también les separan del Vaticano materias de fe.
Las Antiguas Iglesias de Oriente se separaron de las Iglesia de Roma y de Bizancio en el contexto del Concilio de Calcedonia, celebrado en el año 451.