CARACAS.- La oposición venezolana analizó este lunes relajar el "paro cívico" contra el gobierno para mitigar su impacto sobre el sector privado, pero sus promotores dijeron que esa posibilidad está cerrada hasta que se consiga un acuerdo con el gobierno del Presidente Hugo Chávez.
El paro, iniciado el 2 de diciembre exigiendo la renuncia de Chávez y elecciones anticipadas, y fortalecido por la adhesión de miles de empleados de la vital industria petrolera, ha perdido vigor en el comercio y otros sectores industriales, que están agobiados por una severa recesión económica.
Versiones de la prensa local dijeron el lunes que la coalición de empresarios, sindicalistas y políticos que impulsan la protesta podrían "flexibilizarla" en el sector educativo privado y los grandes centros comerciales, que han mantenido sus puertas cerradas desde el inicio del paro.
Pero los líderes de la llamada "Coordinadora Democrática" (CD) aseguraron que no relajarán la protesta hasta que el gobierno cambie su "radicalizada" actitud hacia la oposición, a la que Chávez acusa de "golpista" y "fascista" y a la que ha prometido derrotar.
Carlos Ortega, máximo representante sindical de Venezuela y uno de los dirigentes de la CD, afirmó en una conferencia de prensa que "no está en el esquema nuestro ninguna flexibilización" del paro.
"En todo caso para que la misma se produzca, la flexibilización es entre las partes involucradas en el problema, en este caso sector gobierno y los factores de la sociedad democrática venezolana", aseguró.
Algunas versiones, que evidenciaron desacuerdos dentro de la oposición en relación a la continuación del paro, indican que una eventual relajación podría implicar la apertura de algunos comercios en horarios restringidos, como lo ha hecho la banca privada desde el inicio de la protesta.
"Luego de prácticamente dos meses de paralización en esta protesta, las organizaciones tienen también que revisar permanentemente sus estrategias, lo que significa que pudiera presentarse en cualquier momento un mecanismo que permita a aquellas buscar un oxígeno", dijo Julio Brazón, presidente de la mayor cámara de comerciantes del país, Consecomercio.
Petroleros y gobierno no ceden
Una reactivación parcial de las actividades no alcanzaría a los huelguistas de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), quienes han dicho que seguirán en paro hasta que Chávez acepte una salida electoral al conflicto político.
Inicialmente casi paralizadas, la producción y exportación petrolera del quinto exportador mundial de crudo se ha recuperado parcialmente.
Chávez afirmó el domingo que la producción de crudo se recuperó a más de 1,32 millón de barriles por día (bpd), pero todavía no llega a los 3,2 millones de bpd de noviembre.
Los trabajadores petrolero en paro aseguran que la producción es sólo de 966.000 bpd.
Chávez, que dice liderar una "revolución" pacífica en favor de los pobres, sostiene que sólo renunciará si perdiera un referendo revocatorio, que según la Constitución puede hacerse a partir del 19 de agosto, cuando cumple la mitad de su mandato.
Sus enemigos lo acusan de querer imponer al país un sistema comunista y dicen que no está dispuesto a negociar, aunque representantes del gobierno están sentados con la oposición desde hace más de dos meses a una "Mesa de Negociación" auspiciada por la Organización de Estados Americanos (OEA).
Algunos analistas y opositores menos radicales sostienen que el paro debe ser levantado debido a su impacto económico.
La Iglesia Católica abogó el lunes por el cese del paro.
"El país no puede permanecer en un paro indefinido, esto es una responsabilidad de todos los sectores", dijo en conferencia de prensa el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Baltazar Porras.
El diputado opositor Julio Borges admitió que "hay gente que de forma voluntaria ha pensado en reabrir algún tipo de comercio, industria o trabajo y eso es algo que nosotros tenemos que respetar porque el paro es voluntario".
Economistas prevén que el Producto Interno Bruto (PIB) del país, que se derrumbó 6,4 por ciento en los primeros nueve meses del 2002, caerá este año a niveles históricos de la mano de alta inflación y desempleo, así como una fuerte depreciación del bolívar, que ha perdido cerca de 30 por ciento ante el dólar desde que arrancó la paralización.
Pero los efectos del paro ya se sienten en el país, que vive una escasez de gasolina y gas doméstico sin precedentes, así como el desabastecimiento de alimentos y otros bienes.