BELGRADO.— Los legisladores abolieron formalmente a Yugoslavia el martes y la reemplazaron con la unión libre de sus dos repúblicas restantes, Serbia y Montenegro.
Las votaciones de 26 contra 7 y 84 contra 31 en ambas cámaras del parlamento yugoslavo marcaron el fin de la atormentada federación de los Balcanes y el nacimiento de un nuevo país llamado Serbia y Montenegro, como lo especifica un acuerdo auspiciado por la Unión Europea.
El acuerdo preserva la alianza de Serbia y Montenegro como las últimas de las seis repúblicas que una vez constituyeron Yugoslavia. Antes de las guerras en la década de los 90, la federación también incluía a Bosnia, Croacia, Macedonia y Eslovenia.
Serbia y Montenegro optaron por mantenerse juntas en 1992 como los restos de una federación yugoslava. Pero desde entonces las relaciones entre ambas repúblicas se han deteriorado -especialmente bajo el mandato del ex presidente Slobodan Milosevic- y el año pasado la Unión Europea intervino como mediadora para lograr un acuerdo que busca evitar una nueva revuelta en los volátiles Balcanes.
El tratado contempla una soberanía casi total para las dos repúblicas, que estarán vinculadas solamente por un pequeño gobierno conjunto que manejará la defensa y las relaciones exteriores. Belgrado, capital de Serbia, seguirá siendo la capital de todo el país.
"Es de interés tanto de Serbia como de Montenegro el conservarse juntas", dijo el viceprimer ministro serbio Miodrag Isakov, reconociendo que las repúblicas "a partir de aquí podrían ir por uno u otro camino... creando una unión verdaderamente funcional o avanzando por rutas totalmente separadas".
El tratado permite que en tres años Serbia y Montenegro celebren plebiscitos sobre la independencia.
El acuerdo busca apaciguar un fuerte movimiento independentista en Montenegro, la república más pequeña. Los líderes de Montenegro comenzaron a boicotear las instituciones federales en 1998, impulsando a algunos serbios a también exigir la separación.
Los partidos nacionalistas tanto en Serbia como en Montenegro se han opuesto a la reforma, mencionando la necesidad de preservar los profundos vínculos históricos entre las repúblicas. Otros, exigiendo la separación inmediata, también criticaron el plan por no ser lo suficientemente radical.
"Ustedes están dando un golpe de estado", dijo Vojislav Seselj, un líder serbio ultranacionalista a otros legisladores, describiendo la reforma como una disolución de hecho del país.
"Hoy estamos enterrando a Yugoslavia", dijo el legislador Aleksandar Simic del Partido Socialista de Milosevic. "Creo que era un buen país y no sé por qué tantos siguen ansiosos en destruirlo".
Pero Dragisa Pesic, el primer ministro saliente de Yugoslavia, elogió el nuevo acuerdo como "benéfico tanto para Serbia como para Montenegro, y pone fin a la desintegración de la región".
La federación fue fundada en 1918 como el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. En 1929 fue nombrada Yugoslavia, que significa "el país de los Eslavos del sur".