CARACAS.- El Gobierno de Hugo Chávez anunció un nuevo sistema de control de cambios que regirá a partir de hoy, mientras que las negociaciones políticas para aliviar la crisis continúan estancadas.
En una alocución por radio y televisión, Chávez dijo que el nuevo esquema de control de cambios fijó el tipo de cambio a 1.596 bolívares por dólar para la compra y 1.600 bolívares para la venta, una subida del 17 por ciento con respecto al cierre de hace 15 días, cuando se suspendieron las transacciones.
Chávez afirmó que la demanda de dólares será prioritaria para los gastos en bienes de consumo esencial y el pago de la deuda interna y externa por parte de los entes públicos y los empresarios estarán obligados a vender todos los dólares producto de las exportaciones.
"Ni un dólar para los golpistas, los desestabilizadores y los especuladores. Los dólares van para el pueblo", declaró el Presidente.
Según el decreto del Gobierno, las divisas generadas por la empresa petrolera PDVSA serán de venta obligatoria al Banco Central de Venezuela (BCV), que sólo las venderá cuando haya existencias.
El Ejecutivo justificó la medida como una "defensa" de las reservas de divisas, golpeadas por la huelga general de la oposición de más de dos meses y en especial por la parálisis de la industria petrolera, generadora del 80 por ciento de las divisas del país.
Según las autoridades, el paro general y petrolero hizo caer las reservas internacionales en cerca de 1.000 millones de dólares y actualmente rondan los 14.000 millones de dólares.
La coordinación, administración y control del nuevo esquema cambiario estará en manos de la Comisión de Administración de Divisas, presidida por el capitán Edgard Hernández Behrens, que en caso de irregularidades remitirá los detalles a los órganos competentes en el marco de la Ley penal Cambiaria.
Chávez afirmó que en los próximos días anunciará la Agenda Bolivariana para la Coyuntura, con nuevas medidas financieras, cambiarias y sociales para hacer frente a la crisis económica.
El Presidente también anunció que el Ministerio de Producción y Comercio establecerá un control de precios para los productos y servicios considerados de primera necesidad.
Los venezolanos enfrentan no sólo un panorama económico no muy alentador, según los analistas, sino un escenario político cargado de conflictividad, en el cual ni Gobierno ni oposición avanzan en la concreción de una solución electoral a la aguda crisis política.
El estancamiento en el avance de las deliberaciones en la mesa de negociación entre Gobierno y oposición ha sido reconocido por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria, quien la auspicia desde el pasado 8 de noviembre.
En la última sesión de la mesa, Gaviria admitió el miércoles que los venezolanos tienen razones para estar "escépticos e impacientes" ante los resultados que de allí puedan surgir, aunque se mostró optimista por el trabajo que hasta ahora se ha desarrollado.
La mesa sigue sin producir resultados concretos casi tres meses después de su instalación y según el funcionario nada cambiará mientras ambos actores no lleguen a un acuerdo político.
Gaviria afirmó que aunque ignora si se "va a conseguir un acuerdo", por ahora tanto Gobierno como oposición siguen sentados en la misma mesa, que se reunirá nuevamente el próximo lunes.
La gestión de Gaviria es apoyada por el Centro Carter (CC), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), así como por el Grupo de Países Amigos de Venezuela formado por Brasil, México, Chile, Estados Unidos, España y Portugal.