CARACAS.- Tras sobrevivir al paro opositor que colapsó la economía venezolana por dos meses, el Presidente Hugo Chávez inició la batalla contra uno de sus más enconados adversarios, el hombre más rico de Venezuela y segundo magnate de América Latina, Gustavo Cisneros, a quien acusa incluso de haber intentado derrocarlo en abril del 2002.
El Presidente lanzó sus primeros misiles el pasado miércoles, cuando su gobierno notificó a la televisora de Cisneros, Venevisión, de la apertura de un proceso administrativo, que podría acarrarearle incluso la sanción de cierre temporal, según el ministro de Infraestructura, Diosdado Cabello.
Venevisión fue el cuarto canal de televisión al que el Gobierno le abrió investigaciones -Chávez los llama los Cuatro Jinetes del Apocalipsis-, por el tipo de cobertura que hicieron del paro nacional opositor de dos meses que finalizó el domingo pasado y que buscaba sacar del poder al mandatario.
"Nosotros podríamos decir que ellos son golpistas porque han estado al lado de los golpistas", aseveró Cabello en días pasados.
Cisneros es el segundo empresario más rico de Latinoamerica, con ganancias anuales cercanas a los 5.000 millones de dólares, sólo por debajo del mexicano Carlos Slim (11.500 millones de dólares).
Contra él Chávez inició una diatriba el pasado 10 de enero, cuando lo acusó de comandar "el cuartel general" donde se fraguaba un golpe de Estado contra su gobierno.
"El ha dicho en algunas partes del mundo que no descansará hasta que Hugo Chávez esté fuera del poder o esté muerto. El señor Cisneros está equivocado. Aquí no se trata de Hugo Chávez, se trata de un pueblo y un país que se llama Venezuela", señaló Chávez en ese momento, en un mensaje a la Nación radiotelevisado.
"Nosotros los revolucionarios no le tenemos miedo a un oligarca por más dinero que pueda tener. Allá los que no tienen dignidad, allá los que no tienen alma", agregó.
Cisneros, visiblemente irritado, envió una misiva pública dirigida a Chávez un día después, rechazando "sus difamaciones, así como su abuso y su actitud prepotente", al denunciar que "en su gobierno no imperan las leyes sino su sola voluntad autocrática".
El magnate acusó a Chávez de "predicar el odio", de "secuestrar la democracia venezolana en nombre de su revolución bolivariana", y lo responsabilizó por cualquier evento que pueda afectar su integridad física.
La semana pasada, el presidente de Venevisión, Víctor Ferreres, denunció que un técnico de la televisora había sido detenido por haber interrumpido "accidentalmente" por 90 segundos una cadena radiotelevisada de Chávez en una región del país, lo que sectores opositores no dudaron en catalogar de represalia política.
Dos días después, el viernes pasado, Cisneros participó en una marcha opositora en solidaridad con los medios investigados en Venezuela, y luego tomó el micrófono en una inmensa tarima para anunciar que "no nos vamos a dejar intervenir" y "aquí nos quedaremos y lucharemos en democracia".
Cisneros había apoyado a Chávez en su campaña por la presidencia en 1998, cuando ganó las elecciones, pero meses más tarde las relaciones se fueron enfriando y se resquebrajaron después de abril del 2002, cuando un golpe de Estado sacó por 47 horas del poder al jefe de Estado.
En ese momento se desató una polémica porque, según versiones extraoficiales, Cisneros habría puesto a la orden uno de sus aviones privados para sacar a Chávez del país mientras se encontraba retenido por los militares que lo derrocaron.
Cisneros, considerado como uno de los latinoamericanos más influyentes en la administración del Presidente norteamericano, George W. Bush, aloja estos días al padre del ex mandatario, el ex Presidente George Bush, en su lujosa villa de República Dominicana.
Bush padre ha tenido varias veces como anfitrión en Venezuela a Gustavo Cisneros, quien también invitó a pescar en el selvático sur del país al Premio Nóbel de la Paz y ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter, antes de que este presentara sus dos últimas propuestas -referendo revocatorio de Chávez o enmienda constitucional que posibilite elecciones adelantadas- para resolver la crisis política de Venezuela.
La visita el jueves de una funcionaria del ministerio de Infraestructura a Venevisión, notificando a la televisora de la investigación oficial, inició una nueva disputa de Chávez con un rico y poderoso adversario, que no da muestras de temer al impetuoso mandatario.
Protesta de la SIP
En Nueva York, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció el proceso administrativo iniciado por el gobierno venezolano contra Venevisión y señala que la acción "confirma que estamos ante el preludio de la censura definitiva que busca silenciar a los medios".
Manifestó que la medida es una afrenta al pueblo venezolano por cuanto, según dijo, busca coartar la libertad y el poder del ciudadano para adquirir información.
