EL CAIRO.- Los líderes de Egipto, Hosni Mubarak; Siria, Bachar al Asad; y Libia, Muamar Gadafi, examinaron hoy en la localidad egipcia de Sharm Sheij las vías para llegar a una postura árabe unificada que contribuya a alejar el fantasma de la guerra en Irak, cuya sombra se prolonga sobre todo Oriente Medio.
"El objetivo de la reunión era encontrar una opinión consensuada de los árabes respecto a crisis iraquí a fin de evitar la guerra a Oriente Medio", explicó el ministro egipcio de Información, Safwat al-Sharif.
En este sentido, al-Sherif subrayó que es fundamental que Irak ponga de su parte y "cumpla todas las resoluciones de la ONU", como la 1.441, relativa a su desarme.
A la cumbre tripartita se sumó también el secretario general de la Liga Arabe, Amro Musa, con quien se estudió la fecha apropiada para la próxima Cumbre Arabe, en principio acordada para la segunda quincena de marzo, pero que podría verse adelantada a la vista de los acontecimientos en Bagdad.
El ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Ahmed Maher, explicó que la discutida fecha se conocerá al término de la reunión ministerial extraordinaria que la organización panárabe celebrará en El Cairo el 15 y 16 del presente mes.
La fecha será elegida en función de la misión de los inspectores de la ONU en Bagdad, la postura del Gobierno iraquí y el resultado del informe que el viernes 14 los expertos en desarme entregarán al Consejo de Seguridad, detalló Maher, a quien cita la agencia oficial de noticias egipcia MENA.
Musa, por su parte, puntualizó que la cumbre "será de carácter ordinario", pero que se ocupará de asuntos urgentes como "la crisis de Irak y la cuestión palestina".
"La cumbre tripartita de Sharm Sheij ha sido muy importante y ha habido un gran entendimiento y una coincidencia en puntos de vista", agregó Musa.
El inusual encuentro de Sharm Sheij ha reunido en este balneario a orillas del mar Rojo a los representantes de ala moderada -Egipto- y dura -Siria- de la Liga Arabe, junto a la disidente Libia, país que el pasado año amenazó con abandonar la organización.
Egipto es uno de los principales aliados estratégicos de EE.UU. en Oriente Medio, mientras que Siria, considerado por Washington uno de los siete países que patrocinan el terrorismo mundial, es uno de los mayores críticos de la Casa Blanca.
Sin embargo, ambos coinciden, aunque con matices, en que se debe evitar una nueva guerra en Oriente Medio, ya que tendría consecuencias catastróficas para toda la región, y en que Bagdad debe cumplir con las resoluciones de la ONU.
Mubarak, quien ayer se reunió con el rey de Jordania, Abdala II, otro de los moderados de la Liga, cree, además, que se debe dar más tiempo a los inspectores de armas de Naciones Unidas para que completen su trabajo en Irak.
Gadafi, por su parte, acusó hoy a los Estados Unidos de "querer poner de rodillas a Irak" y desmintió haber ofrecido asilo político al presidente iraquí, Sadam Husein.
En declaraciones a la prensa de libia tras su estancia en Sharm Sheij, Gadafi opinó que "Estados Unidos tendría que avergonzarse de haber movilizado tanta fuerza contra un país exangúe y empobrecido después de tantos años de embargo".
"Es una idea completamente contraria a la realidad imaginar que hemos ofrecido asilo a Sadam Husein, porque creo que preferirá morir que abandonar su país", subrayó el coronel libio.
Mubarak, quien también hoy recibió por separado al ministro saudí de Asuntos Exteriores, príncipe Saud al Faisal, indicó que la reunión tripartita de Sharm Sheij se centró, asimismo, en la difícil situación que vive el pueblo palestino.
El presidente egipcio destacó que coincide con la tesis de EE.UU. que se debe relanzar el proceso de paz entre palestinos e israelíes para llegar a una solución a los más de cincuenta años de conflicto.