MOSCÚ.- El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Igor Ivanov, viaja hoy a la crucial reunión del Consejo de Seguridad de la ONU con la amenaza de usar el veto del Kremlin a una eventual resolución que autorice el uso de la fuerza contra Irak.
En su reunión de mañana, el Consejo de Seguridad escuchará los informes del jefe de la Comisión de Control, Vigilancia e Inspección de la ONU (UNMOVIC), Hans Blix, y del director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Mohamed El Baradei, sobre la marcha de las inspecciones de armas en Irak.
Ivanov comunicó ayer miércoles telefónicamente al secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, que asistirá personalmente a la sesión del Consejo de Seguridad, a la que concurrirán también los ministros de Exteriores de Francia, Alemania y China.
Fuentes diplomáticas en Moscú indicaron que el elevado nivel al que se debatirá mañana la crisis iraquí en el Consejo de Seguridad obedece a la reciente declaración franco-germano-rusa según la cual toda decisión sobre Irak debe basarse en los principios de la Carta de la ONU.
El ministro ruso reiteró a su colega norteamericano que Moscú se pronuncia por una solución pacífica del problema iraquí "sobre la base del estricto cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad".
Ivanov subrayó que el Kremlin apuesta por la "continuación del trabajo de los inspectores de armas y por aumentar la eficacia de su labor", que es -dijo- "la esencia de la declaración conjunta de Rusia, Francia y Alemania del 10 de febrero", emitida durante la reciente visita del presidente de Rusia, Vladímir Putin, a París.
Putin dijo en la capital francesa que Rusia "de momento no ve la necesidad de emplear su derecho a veto" en el Consejo de Seguridad sobre la crisis en torno a Irak, pero advirtió de que sí podría hacerlo en el futuro.
"Valoramos altamente el consenso en el Consejo de Seguridad, pero si se adopta algo que pueda conducir al uso injustificado de la fuerza (contra Irak) lo haremos (imponer el veto), con Francia o sin ella", dijo el número uno del Kremlin.
Putin recordó que Moscú ya ha utilizado anteriormente su derecho a veto como miembro permanente del Consejo de Seguridad y advirtió de manera categórica: "Lo volveremos a utilizar".
Sin embargo, las reiteradas declaraciones de Washington de que Estados Unidos lanzará una acción militar para desarmar el régimen de Saddam Hussein con o sin visto bueno de la ONU convierten en un mero saludo a la bandera las amenazas de Moscú de usar el veto en el Consejo de Seguridad.
El Presidente ruso ha recalcado que la posición conjunta de Rusia, Francia y Alemania, que ha sido respaldada también por China, apunta exclusivamente a la búsqueda de una solución diplomática al problema iraquí y no es una alianza contra Estados Unidos.
Moscú insiste en que hay que permitir a los inspectores internacionales de armas continuar su labor en Irak.
"Primero se trataba de que consiguiéramos de Irak que permitiera las inspecciones. Actuando conjuntamente con Estados Unidos lo hemos conseguido. Los inspectores trabajan en Irak. Confiamos en ellos y no nos dicen que Irak obstruye su trabajo", manifestó Putin.
La Duma del Estado o Cámara de Diputados dio su respaldo unánime al Presidente ruso en su postura frente a la crisis iraquí.
En una declaración pública, los legisladores rusos recalcaron que Moscú "puede y debe utilizar todo su prestigio internacional y sus facultades como miembro permanente del Consejo de Seguridad para propiciar el arreglo de la situación en torno a Irak sobre la base de las normas del derecho internacional".