BAGDAD.- Irak está viviendo unas horas decisivas para su futuro, pues hoy, viernes, los jefes de los equipos de inspectores de la ONU, Hans Blix y Mohamed El Baradei, presentan ante el Consejo de Seguridad un informe de situación que será crucial para la resolución de la crisis iraquí.
Si el informe responde al muy leve optimismo que Blix y El Baradei dejaron entrever al término de su visita a Bagdad el pasado fin de semana, es posible que la crisis no termine -al menos por ahora- de manera abrupta con una intervención militar de Estados Unidos.
Por el contrario, la cuenta atrás de la guerra habrá comenzado si los responsables de UNMOVIC y del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ofrecen en el documento la más mínima señal de duda o vacilación acerca de la solidez demostrada por Bagdad en lo relativo a la eliminación de su armamento de destrucción masiva, así como de otros aspectos colaterales.
En estos momentos el juego de la diplomacia y de la alta política está en pleno apogeo, y un buen ejemplo de ello es la visita que efectúa a Irak el enviado especial del Papa Juan Pablo II, el cardenal Roger Etchegaray, quien aún sigue esperando entrevistarse con el presidente iraquí, Saddam Hussein.
A su vez, el viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, se encuentra en Roma, donde hoy acudirá al Vaticano para reunirse con el Pontífice, con quien analizará el estado de la crisis en Irak.
Sin embargo, el dato conocido ayer, jueves, de que los equipos de inspectores de la ONU habían descubierto varios misiles iraquíes cuyo alcance sobrepasaba el límite máximo de 150 establecido por la ONU, ha calentado aún más los ya de por sí encendidos ánimos de Washington y su más leal aliado, Londres.
De hecho, el Gobierno británico consideró que el hallazgo de esos misiles suponía una "muy grave violación" de la resolución 1.441 de la ONU, con lo que daba una nueva vuelta de tuerca en esta crisis, cuya suerte parece estar decidida.
Entretanto, la Asamblea Nacional (parlamento) iraquí celebra esta tarde a las 16.00 horas (13.00 GMT) una sesión extraordinaria a la que presumiblemente también asistirá el Consejo del Mando de la Revolución, máxima instancia de poder en Irak.
Los observadores consideran que en dicha reunión, la Asamblea Nacional podría aprobar una legislación de emergencia por la que Irak se comprometería a no fabricar ningún tipo de armamento de destrucción masiva, de acuerdo con los criterios establecidos en la resolución 1.441 y en consonancia con las exigencias de la comunidad internacional.
No obstante, la lectura de la prensa iraquí hace pensar a los observadores que el régimen de Bagdad está actuando a la desesperada en un último intento de evitar la guerra.
El diario "Al Zawra", órgano oficial del Partido Baaz (en el poder en Irak), pidió hoy a Blix y El Baradei que sean "honestos y objetivos" en su informe.
En un editorial, el periódico señala que los jefes de los inspectores de la ONU han de ser "concretos, precisos y muy selectivos con cada palabra y con cada frase que empleen en este informe".
Asimismo, el rotativo previno sobre cualquier "dato, frase o palabra" que puedan aportar Blix y El Baradei en el documento porque "puede ser muy peligroso" y de ello puede depender el resultado final de esta crisis.
"En este momento, Estados Unidos está esperando que Blix y El Baradei ofrezcan una frase con un leve matiz negativo que no responda exactamente a lo que (Washington) desea oír para que este país ponga en marcha su programa de agresión contra Irak", señala el periódico.
Son pues, horas de tensa espera, en las que cualquier movimiento, venga de donde venga, es de inmediato objeto de miles de interpretaciones; en las que los rumores están desatados y en las que la incertidumbre reina en este país. Pero no tanto por cómo se resolverá la crisis, sino por cuándo y con cuánta virulencia lo hará.