EL CAIRO.- Saddam Hussein ha encargado a su hijo menor, Qusai, el dispositivo de defensa de Irak ante un eventual ataque e invasión del país, según un plan que publica hoy la prensa árabe.
De confirmarse, la decisión sería el más claro indicio de que el "rais" (presidente) Saddam, que gobierna desde 1979, ha elegido definitivamente a Qusai, y no a su primogénito, Udai, como hombre fuerte después de él y su posible sucesor.
Según "fuentes fiables" en Bagdad que cita hoy el diario árabe internacional Al Hayat, el líder iraquí ordenó a principios de la semana pasada a los comandantes de los diferentes cuerpos del Ejército "defender el país contra una invasión estadounidense sin esperar sus instrucciones" y bajo las ordenes de Qusai.
La medida, según las mismas fuentes, "da a entender que Saddam planea abandonar sus palacios y sus refugios secretos y desaparecer de la escena o moverse disfrazado, inmediatamente tras el inicio de un ataque" contra el país.
"Los comandantes militares entendieron estas órdenes como un mensaje de que Qusai será el responsable en caso de una desaparición completa del Presidente", añadieron.
El líder iraquí comenzó a preparar a su hijo menor para su sucesión desde que Udai sufrió un intento de asesinato en 1995 que le dejó como secuela una parálisis parcial que le impide realizar algunas actividades.
Si bien Udai no ocupa desde aquel momento ningún puesto en el gobierno de su padre, es el jefe de edición del diario "Babel" y director del Comité Olímpico Iraquí, la Unión de Periodistas y la Unión de Jóvenes Estudiantes, además de liderar la milicia paramilitar "Saddam Fidaiyu" (Comandos de Saddam).
Qusai, de 37 años, es, en cambio, el responsable de los servicios de inteligencia y de los Guardias Republicanos, un cuerpo de élite considerado la espina dorsal del Ejército y que está compuesto por 150.000 hombres armados.
El supuesto plan de Saddam se da a conocer en un momento en que EE.UU. ha intensificado sus esfuerzos en el Consejo de Seguridad de la ONU para sacar una nueva resolución que autorice un ataque contra Bagdad, al que acusa de esconder armas de destrucción masiva.
"Parece que Saddam teme que la próxima sesión del Consejo de Seguridad abra la puerta a una guerra contra su régimen", añadieron las fuentes.
Muchos analistas coinciden en que la primera fase de un ataque contra Irak tendrá como principal objetivo al propio Saddam Hussein, con el propósito de hacer más fácil la derrota de su Ejército y la invasión del país.
"Cuando comience la guerra, Saddam cortará todos los contactos con sus asesores y nadie sabrá el lugar de su escondite que seguramente estará lejos de sus palacios y refugios que serán blanco de las bombas", agregaron las fuentes.
También afirmaron que el Presidente iraquí no suele conversar o dar órdenes telefónicamente a sus ayudantes para evitar ser detectado por los satélites espía de EE.UU.
En sus últimas reuniones con los miembros de su Gobierno y los oficiales del Ejército, Saddam Hussein les dijo que "aprendan de la experiencia" de la Guerra del Golfo, de 1991, y que no desplieguen tropas o tanques en un espacio abierto para evitar bombardeos aéreos.
"Les pidió que se concentren en las ciudades y que aplasten cualquier rebelión", indicaron las fuentes, las cuales afirmaron que "unidades de la Guardia Republicana serán distribuidas en Bagdad y en sus afueras", para una eventual resistencia urbana "calle por calle".