KUALA LUMPUR.- Corea del Norte se resistió el sábado a las gestiones de la cumbre del Movimiento No Alineado para que regrese a un tratado nuclear de importancia clave, y otros países dijeron temer que la paz en Asia esté en peligro.
Los cancilleres de la organización de 114 países, que representan a un 55 por ciento de la población mundial y a casi dos tercios de sus países, deliberaron intensamente acerca del estancamiento de Corea del Norte con Estados Unidos al tiempo que trataban de dar los toques finales a una declaración que los participantes en la cumbre deberán aprobar el lunes y el martes.
Corea del Norte e Irak han dominado las conversaciones preparatorias para la cumbre, pero Pyongyang no ha despertado la misma simpatía que ha logrado Bagdad, y se ha visto sometida a la presión de otros países que desean su regreso al Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNPAN) y su eliminación de un programa naciente de armas nucleares.
"Tratamos de encontrar un camino medio, en el que tomemos nota de la retirada de Corea del Norte y confiemos en que regrese al TNPAN", dijo Syed Hamid Albar, canciller de Malasia.
"Comprendemos que digan que se han visto obligados a tomar tales medidas debido a la acción de algunos países, pero deben aceptar que hay temores de una amenaza nuclear y que ello pondrá en peligro la paz y la seguridad", dijo Syed Hamid.
Pyongyang insistió en el que movimiento condenase a Washington en la declaración de la cumbre, pero luego dejó de lado esa exigencia debido a la negativa de varios de los países que encabezan el movimiento, dijo un funcionario surcoreano que asiste a la reunión en calidad de observador.
No obstante, Corea del Norte se opone a cualquier exhortación a que deje sin efecto su decisión de retirarse del tratado, dijeron varios delegados con la condición de no ser identificados.
La crisis comenzó en octubre, cuando funcionarios norteamericanos dijeron que Pyongyang había admitido la existencia de un programa nuclear encubierto.
A raíz de ello, Washington y sus aliados suspendieron los embarques de combustible a Corea del Norte, y Pyongyang a su vez expulsó a los observadores de Naciones Unidas, reactivó su viejo programa nuclear y se retiró del tratado.
La semana pasada, Corea del Norte intensificó las presiones amenazando con retirarse del armisticio de 1953 que puso fin a la Guerra de Corea, y acusó a los Estados Unidos de planificar un bloqueo naval y prepararse para lanzar un ataque preventivo.