MOSCÚ.- Rusia apostó hoy por reforzar el régimen de inspecciones como única salida a la crisis iraquí y rechazó las acusaciones de que Bagdad ha perdido ya su "última oportunidad" para el desarme, como afirman Estados Unidos y sus aliados.
Moscú ha bendecido el memorando franco-alemán propuesto ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en contra del proyecto de resolución presentado por Estados Unidos, Gran Bretaña y España, que subrayaba que Irak "no ha aprovechado la última oportunidad que se le brindó en la resolución 1.441".
Al igual que París y Berlín, Moscú está convencido de que las actuales inspecciones en Irak "están teniendo resultados" y que Bagdad atiende a las demandas y presión internacionales, dijo hoy el embajador ruso ante la ONU, Serguéi Lavrov.
Lavrov subrayó la necesidad de resolver la crisis por medios políticos y diplomáticos.
El representante ruso ante la ONU indicó que en estos momentos Moscú "no ve precisa una nueva resolución sobre Irak" y remitió al memorando franco-alemán que afirma que la "prioridad total debería ser la de conseguir la paz a través del régimen de inspecciones".
También recordó que el memorando recoge uno de los argumentos repetidos por Rusia: "no hay evidencia clara de que Irak posea armas de destrucción masiva o capacidad de construirlas en este campo".
El diplomático adelantó que esta postura es respaldada también por China, que ocupa un asiento permanente en el Consejo de Seguridad, y es vista con simpatías por Siria y otros miembros temporales de ese organismo.
No obstante, señaló que Rusia al igual que el resto de miembros del Consejo de Seguridad estudiará atentamente el borrador de resolución presentado por Estados Unidos, que, junto a la propuesta de París y Berlín, parece haber abierto una nueva brecha en el seno de la ONU.
Parlamento ruso también se opone a nueva resolución
Diputados de la Duma o Cámara Baja del Parlamento ruso también se manifestaron hoy contrarios a la adopción de la resolución que defienden Washington, Londres y Madrid.
El vicepresidente de la Duma, Vladímir Lukin, calificó esta iniciativa como "una argucia de niños que responde al nerviosismo de Estados Unidos al ver que las cosas no están saliendo como tenía planeado".
Según Konstantín Kosachov, vicepresidente del Comité de Asuntos Exteriores del Legislativo ruso, el borrador de la resolución de Washington "es un intento de centrar la discusión mundial en las fechas del comienzo de la guerra y retirar la atención de lo que realmente ocurre en Irak".
