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Moscú rechaza "carta blanca" para la guerra y confía en inspecciones

Acuciado por el tiempo y los preparativos bélicos en el golfo Pérsico, Moscú está disparando los últimos cartuchos de su "arsenal diplomático" en defensa de una salida pacífica a la crisis iraquí, mientras maniobra en la sombra para no dañar su amistad con EE.UU.

26 de Febrero de 2003 | 08:43 | EFE
MOSCÚ.- El Kremlin afirmó hoy que el proyecto de resolución de Washington y Londres les da "carta blanca" para atacar Irak, pero confió en la "ecuanimidad" de los inspectores de desarme y la voluntad de cooperación de Bagdad para impedir la guerra.

Acuciado por el tiempo y los preparativos bélicos en el golfo Pérsico, Moscú está disparando los últimos cartuchos de su "arsenal diplomático" en defensa de una salida pacífica a la crisis iraquí, mientras maniobra en la sombra para no dañar su amistad con EE.UU.

En el marco de su doble juego, alineada con Francia y Alemania, pero negociando con EE.UU. en Moscú y Washington, Rusia recibirá hoy al canciller alemán, Gerhard Schroeder, y envió a su ministro de Exteriores, Igor Ivanov, a Pekín, que comparte el rechazo a la guerra.

Antes de partir, Ivanov recordó que sólo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas puede bendecir un ataque a Irak.

Otras iniciativas "romperían la Carta de las Naciones Unidas" y pondrían en peligro "la seguridad y estabilidad internacionales", dijo Ivanov.

Su subordinado, el viceministro Yuri Fedótov, subrayó que el borrador de resolución que EE.UU., Gran Bretaña y España defienden ante el Consejo de Seguridad "da carta blanca" al uso de la fuerza contra Bagdad.

También recordó que la resolución señala que Irak "no ha aprovechado la última oportunidad que se le brindó".

Sin embargo, "según se deriva de las inspecciones y de los últimos pasos del régimen iraquí para aumentar su cooperación con los inspectores internacionales, no existen razones actualmente para interrumpir el proceso de inspección", explicó.

El viceministro ruso expresó su confianza en la "ecuanimidad" de los inspectores a la hora de presentar su informe el próximo 1 de marzo ante el Consejo de Seguridad.

Pero también envió un mensaje de advertencia al régimen iraquí, al que instó a poner sus misiles Al Samud 2 a disposición de los inspectores de la ONU para su destrucción si así se requiere.

Una postura negativa de Irak en las actuales circunstancias "creará una situación muy difícil", manifestó.

Pese a la aparente firmeza rusa en la crisis iraquí, EE.UU. no ha renunciado a convencer a Moscú para que no obstaculice la nueva resolución de Washington, Londres y Madrid en el Consejo de Seguridad.

El subsecretario de Estado norteamericano, John Bolton, declaró anoche en Moscú que la Casa Blanca confía en que Rusia no sólo no ejerza su veto, sino que finalmente "apoye la idea recogida en la resolución".

Bolton adelantó que Rusia y EE.UU. tienen aún oportunidades para negociar ese eventual golpe de timón ruso para apoyar la resolución.

Precisamente, en Washington se encuentra Alexandr Voloshin, jefe de la Administración presidencial rusa y "eminencia gris" del Kremlin, quien se reunió con el Presidente de EE.UU., George W. Bush, en un viaje calificado por los analistas rusos de notorio ejemplo del "juego a dos bandas" de Moscú.

"La visita de Voloshin a Washington es un signo de que Rusia se mueve en dos frentes y está lista para negociar con EE.UU. el apoyo a su resolución si se alcanzan los términos justos", publicó hoy "The Moscow Times".

Según Serguéi Markov, analista cercano al Kremlin, Voloshin, arquitecto del acercamiento ruso a EE.UU. tras el 11 de septiembre de 2001, "fue despachado a Washington para otear los beneficios que obtendría Rusia a cambio de apoyo".

Markov explicó que "Voloshin no buscará promesas, sino cosas tan concretas como un yacimiento iraquí de petróleo para una específica compañía rusa (Lukoil) o dinero para compensar eventuales pérdidas petroleras rusas".

Si no se opone a los designios de EE.UU., Rusia conseguiría también respaldo a su entrada en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el visto bueno norteamericano a la cooperación nuclear pacífica rusa con Irán.

Markov señaló que si el Kremlin no alcanza un acuerdo con EE.UU. utilizará "su carta europea", que incluye la renegociación de la deuda rusa con Alemania, asunto que se abordará en esta visita de Schroeder.

No obstante, subrayó que el hecho de que Francia y Alemania hayan presentado ante el Consejo de Seguridad un memorando (que no compromete a nadie) y no una resolución, indica que estos países tampoco descartan un cambio de rumbo en el último momento.
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