WASHINGTON.- El Gobierno de Estados Unidos recibió hoy con frialdad la propuesta de Canadá de mediar en Naciones Unidas para superar las diferencias entre los países del Consejo de Seguridad en torno a una nueva resolución sobre Irak.
El portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher, dijo en conferencia de prensa que la propuesta canadiense "es un esfuerzo por tender un puente, pero -añadió- hay que decir que ya hemos recorrido tres cuartas partes del camino de ese puente".
Canadá propuso que los inspectores de armas que están en Irak expliquen los puntos esenciales de desarme que restan para considerar que Bagdad cumple las resoluciones de la ONU, tal y como quiere Francia, y determinar una fecha límite para finales de marzo (sería el día 28).
Boucher aseguró que a finales de enero, tras la presentación del informe de los expertos de armas de la ONU, "ya habían empezado circular este tipo de ideas, en favor de darles (a los inspectores) entre cuatro y seis semanas más para informar y luego decidir".
"Se habló entonces de establecer un plazo límite, algo similar a la propuesta de Canadá de ahora", recordó el portavoz, quien subrayó que "aquí estamos, entre cuatro y seis semanas más tarde, esperando un nuevo informe y una nueva oportunidad para que el Consejo vote".
Según Boucher, "establecer otro plazo, establecer otra fecha en el futuro sólo retrasa, sólo deja para mañana tomar una decisión que todos deberíamos estar dispuestos a tomar, y posterga afrontar los hechos que todos deberíamos ser capaces de ver".
El portavoz reiteró que está claro que "Irak no ha cumplido con la resolución 1441 del Consejo de Seguridad, no ha facilitado una declaración franca (de sus arsenales) y no ha colaborado plenamente con los inspectores. En otras palabras, Irak no se ha desarmado".
