BAGDAD.- El responsable de UNICEF en Irak denunció hoy que, en caso de que Estados Unidos inicie una guerra contra ese país, más de un millón de niños menores de cinco años de edad pueden morir de hambre.
"El 30 por ciento de los niños iraquíes con menos de cinco años de edad -es decir 1.260.000 sobre 4.200.000- estarán en peligro de muerte por desnutrición. Esto será una tragedia de los inocentes", declaró Carel de Rooy, quien desde hace dos años representa a la UNICEF en Irak.
De Rooy, nacido en Holanda pero criado en Brasil, hizo esta denuncia tras conocer el resultado de un documento elaborado por la Oficina de la ONU para la coordinación de los negocios humanitarios (OCHA) en Nueva York.
"La ONU trabaja para resolver de modo pacífico esta crisis, al igual que nosotros hemos trabajado meses para afrontar la posibilidad de que esto no se resuelva positivamente", dijo diplomáticamente el funcionario de Unicef.
"Para hacer esto observamos particularmente los considerados 'factores de riesgo', como por ejemplo que se agrave la crisis humanitaria en esta país que, debemos recordar, está ya muy grave", explicó De Rooy.
"Uno de los primeros factores de riesgo para los niños con menos de cinco años de edad es el sarampión. Si se combina una baja protección contra el sarampión y un alto porcentaje de desnutrición junto con los movimientos de masa en áreas densamente pobladas, como son todas las zonas urbanas de Irak en la que vive el 70 por ciento de la población, esta es la receta para contraer una epidemia del sarampión", resaltó.
En Irak, dijo De Rooy, el 23 por ciento de los niños menores de cinco años son crónicamente desnutridos y con bajo peso, lo cual acrecentaría el riesgo de que estos se contagien.
"Para reducir estos riesgos estamos trabajando con el ministerio de sanidad iraquí para vacunar a los niños y, en las últimas tres semanas, alcanzamos un nivel de protección del 90 por ciento. Estamos buscando llegar cuanto antes al menos al 95 si es que no se puede al 100 por ciento", confesó.
El responsable de Unicef lamentó que los niños se vean involucrados indirectamente con la situación de tensión que se vive actualmente ante un inminente ataque estadounidense a Irak y agregó que este conflicto acrecentará la desnutrición.
"Justamente el segundo factor de riesgo es la desnutrición y, para afrontarlo, desde hace un mes estamos dando a la población, con una red de 2.800 puntos de distribución creada hace diez años y la ayuda de 30.000 voluntarios, grandes cantidades de alimentos con grandes contenidos de proteínas y leche terapéutica".
"En estos centros cada año, con nuestra ayuda, el gobierno examina el 85 por ciento sobre 4.000.000 de niños para seguir su crecimiento, individualizar a aquellos que más sufren y darle la justa alimentación en uno de los 63 centros de rehabilitación nutricional", comentó.
Entre otros factores de riesgo, De Rooy advirtió que está la diarrea, causante de "muertes por deshidratación".
"Si, siempre en caso de guerra, faltara la energía eléctrica o combustible para los generadores que alimentan las bombas de agua, la gente podría recurrir fuentes y pozos contaminados. Por eso hemos predispuesto un gran número de cisternas para suministrar agua a la población", añadió.
De Rooy lamentó que todos los esfuerzos que viene haciendo Unicef se vea perjudicado por la posible guerra, ya que entre las otras víctimas involucradas también estarán las mujeres embarazadas, cuya tasa de mortalidad "es muy alto: 298 casos cada 100.000, casi el doble de hace 12 años".
"El 60 por ciento de las mujeres que esperan un hijo están anémicas porque también están desnutridas, en particular les faltan proteínas ya que no pueden comer carne y entonces corren el riesgo de hemorragias", afirmó.
Consultado sobre el aumento del número de niños que podría morir en caso de guerra, como señaló el documento redactado por OCHA, De Roy concluyó: "no quiero prestar mucha atención a las cifras y lo único que tenemos que hacer es seguir trabajando para evitar que ello suceda".