WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos George W. Bush hizo saber al enviado del Papa Juan Pablo II su determinación de desarmar a Saddam Hussein, indicó el miércoles la Casa Blanca.
Bush dijo "que el mundo sería un mejor lugar si Saddam Hussein aceptara desarmarse" y que "éste debería cumplir sus "obligaciones", para asegurar la seguridad del pueblo estadounidense, indicó la portavoz de la Casa Blanca, Claire Buchan.
El Mandatario recibió este miércoles en la Casa Blanca al cardenal Pio Laghi, enviado por el Papa Juan Pablo II como portador de un mensaje que pide a Bush evitar recurrir a la fuerza para desarmar Irak.
El Sumo Pontífice pidió de nuevo este miércoles a los dirigentes del mundo entero a hacer un "examen de conciencia" para evitar a la humanidad otro conflicto dramático" al abrir las ceremonias por el miércoles de ceniza en El Vaticano, durante el cual invitó a ayunar para pedir por la paz, pocas horas antes de la reunión entre su emisario y Bush.
"El Presidente hizo saber la importancia de proteger también al pueblo iraquí", indicó Buchan en breve alusión al contenido de la entrevista entre Bush y Laghi.
La reunión abarcó "una vasta gama de temas", entre los cuales destacó la prohibición de la clonación humana y la paz en el Medio Oriente, precisó la fuente.
Laghi: Pontífice está preocupado por posible guerra
El papa Juan Pablo II está muy preocupado por las consecuencias humanas y políticas que tendría una guerra contra Irak, dijo este miércoles el cardenal Pio Laghi, quien afirmó haber entregado a Bush un mensaje personal del Santo Padre, cuyo contenido declinó comentar.
"Le dije al presidente Bush que el Santo Padre está muy preocupado por la posibilidad de una guerra, y por las consecuencias que tendría sobre los pueblos, sobre todo el pueblo de Irak, así como por las destrucciones que habría, y la inestabilidad en el Medio Oriente", dijo el cardenal a periodistas en el Club Nacional de la Prensa.
También dijo haberle indicado que otra guerra contra Irak aumentaría las divisiones en el Medio Oriente, alejando las perspectivas de aliviar las tensiones en esa región.
"Por ejemplo, tendríamos que dialogar entre el Islam y los cristianos, y sería mucho más difícil si hubiera una guerra", subrayó.
"Pero además de la preocupación yo insistí también en las esperanzas del Santo Padre. Él tiene aún mucha esperanza de que no haya una guerra, sino que se continúen los esfuerzos de paz, porque hay más avenidas para tratar de evitar la guerra", contó el cardenal Laghi.