NACIONES UNIDAS.- Estados Unidos está dispuesto a esperar sólo diez días más para iniciar la tan anunciada intervención bélica en Irak, en un claro signo de que su paciencia llegó a su fin. En una enmienda incluida hoy en el proyecto de resolución que Washington elaboró hace algunas semanas con Londres y Madrid, se establece que el último plazo de Irak para demostrar un completo desarme es el lunes 17 de marzo.
Dicha resolución será presentada a principios de la próxima semana y ordenará a Irak dar a los inspectores "todas las armas, sistemas y estructuras de lanzamiento y de apoyo" prohibidos por las resoluciones de la ONU, así como "información relacionada con su destrucción".
Además puntualizará que si Irak no cumple ni colabora de manera "total, incondicional, inmediata y activa" antes del 17 de marzo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas establece que el régimen de Saddam Hussein ha desaprovechado "su última oportunidad".
Una vez que se presente la resolución ante los miembros del Consejo, éstos deberán, en una nueva situación clave para la resolución del conflicto, decidir si la apoyan, la rechazan o se abstienen. Los cinco miembros permanentes (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China) tienen además la opción de vetarla.
Para ser aprobada, la resolución debe contar con al menos nueve votos a favor. Pero, si alguno de los miembros permanentes decide hacer uso de su opción de veto, la resolución no podrá ser aprobada.
Los caminos de Estados Unidos son, por un lado, tratar de impedir que alguno de los países "grandes" decida vetar la resolución, lo que es muy difícil de impedir luego de que Francia y Rusia anunciaran que utilizarán esa vía para impedir la aprobación del texto. Y, por otro lado, ganar apoyo entre los seis países indecisos (Camerún, Angola, Chile, México, Pakistán y Guinea). Ésta última es la principal razón del por qué la resolución se presentará la próxima semana y no hoy como estaba previsto en un comienzo.