Señor Presidente:
Chile concurre a esta reunión del Consejo para recibir, una vez más, los informes de los Inspectores de la Comisión de las Naciones Unidas de Vigilancia, Verificación e Inspección y del Organismo Internacional de Energía Atómica, con una disposición positiva, a pesar de encontrarnos en un momento crítico. Tenemos la certeza de que en este órgano se debe llegar a un acuerdo sobre la forma de exigir a Irak un desarme definitivo. A todos nos une una voluntad común de aplicar responsablemente los principios que la Carta exige cautelar a este foro.
Deseo agradecer a los Sres. Blix y Al Baradei por las presentaciones acerca de las inspecciones llevadas a cabo por UNMOVIC y AIEA. Ellas contienen una relación detallada de las labores de inspección y verificación realizadas en las distintas áreas y constituyen un aporte que valoramos, con miras a evaluar el grado de cumplimiento por parte de Irak de la Resolución 1441 que debemos hacer.
Ambos informes permiten inferir una actitud de colaboración por parte de Irak, que, aún en esta avanzada etapa del proceso multilateral, es insuficiente. Cotejada con los categóricos términos de la Resolución 1441 y con el sentido de urgencia que la inspira, sólo cabe concluir que dicha colaboración no es plena. Este hecho preocupa profundamente a mi país.
Las indicaciones de progresos en áreas específicas de las que se da cuenta en los últimos informes, como la destrucción de los misiles Al Samoud 2, si bien son pasos importantes, no logran desvirtuar esta conclusión general.
Chile reafirma la necesidad de alcanzar un desarme inmediato, cabal y efectivo de Irak. En tal sentido, reiteramos nuestro urgente llamado a Irak para que colabore activa e incondicionalmente con los inspectores, conforme a las resoluciones relevantes del Consejo.
En esta etapa de nuestras deliberaciones, deseo reiterar principios rectores de nuestra política exterior, cuya observancia inspiran la posición de Chile respecto de la crisis de Irak:
El multilateralismo es un interés permanente de Chile. La diplomacia multilateral está vigente, como aquí se ha señalado, y es este Consejo el órgano competente para ocuparse de los asuntos de la paz y la seguridad internacionales.
Reafirmamos la centralidad de Naciones Unidas y del Consejo de Seguridad en este proceso. Sus resoluciones deben ser cumplidas íntegramente. En ello están comprometidos la credibilidad de Naciones Unidas y el imperio de las decisiones de este órgano principal.
Promovemos una solución conforme al Derecho Internacional y a los propósitos y principios de la Carta de Naciones Unidas. Esta es la única fuente de legitimidad de nuestros acuerdos y decisiones colectivas.
Subrayamos la necesidad de adoptar medidas colectivas para prevenir y eliminar las amenazas a la paz.
Procuramos la búsqueda de todos los medios para alcanzar una solución pacífica. Este es un principio que históricamente hemos promovido y estamos empeñados en continuar trabajando para conseguirlo.
Estamos ante un momento crítico para quienes tenemos la responsabilidad de construir un acuerdo. En los últimos meses, Chile ha estado haciendo todos los esfuerzos para contribuir a una decisión concertada que conduzca a un desarme pacífico de Irak. Esta fue la razón por la cual hicimos un llamado a los cinco miembros permanentes y, a partir de ello, Chile se ha esforzado en buscar un punto de encuentro entre posiciones distantes.
En este sentido, hemos promovido la continuación de inspecciones rigurosas y planteado que éstas deben ser limitadas en el tiempo. Así se responde al sentido de urgencia que plantea la Resolución 1441. Hemos señalado, también, que el uso de la fuerza, contemplado en el capítulo VII, sólo puede invocarse una vez que se hallan agotado todos los medios pacíficos para desarmar a Irak.
En días recientes hemos constatado un mayor grado de flexibilidad que ha atenuado la rigidez observada al inicio de este proceso en el seno del Consejo, caracterizada por una voluntad insuficiente de dialogar y de conciliar las diferencias, de abrir vías de entendimiento y espacios de negociación.
Chile ha sostenido insistentemente en este foro, así como en consultas con los miembros permanentes y elegidos de este Consejo, su convicción de que, a través del camino de la unidad y de la responsabilidad colectiva, podemos llegar a ese acuerdo.
Los planteamientos que hemos conocido nos hacen pensar que una solución que compatibilice el anhelo de la paz y el desarme es todavía posible. Tenemos la certeza de que una última oportunidad para la paz debe consistir en el fortalecimiento de las inspecciones a Irak, con plazos limitados y exigencias concretas, acordes con el sentido de urgencia impuesto por la Resolución 1441. El régimen iraquí, que ha expuesto a su pueblo a duros padecimientos, tiene la responsabilidad política y moral incuestionable de llegar a un desarme total.
Chile desea reiterar su vocación de paz. El Gobierno y el pueblo de mi país aspiran a una solución de esta crisis que sea consecuente con ello, en el marco de Naciones Unidas, Organización a la que concurrimos a fundar en 1945.
Tenemos la esperanza de que todos los miembros de este Consejo nos esforzaremos al máximo para lograr el acuerdo que la Humanidad nos demanda.