WASHINGTON.— El gobierno protestó el viernes por unas declaraciones "despectivas" del Presidente cubano, Fidel Castro, sobre el discurso de un diplomático estadounidense en una reunión de disidentes efectuada recientemente en La Habana, aunque no señaló si enviaría una carta de protesta a las autoridades cubanas.
En un comunicado, el portavoz del Departamento de Estado, Philip Reeker, señaló que el pronunciamiento del mandatario cubano por el discurso de James Cason es una prueba más de que "Castro aborrece la libertad de expresión y teme cualquier medida de apoyo a los derechos humanos en Cuba".
Castro señaló el jueves que las palabras de Cason eran un gesto de descarado y una clara provocación.
El 24 de febrero, Cason, que encabeza la misión diplomática de Estados Unidos en Cuba, se presentó en una reunión de disidentes y pronunció unas palabras ante un grupo de reporteros internacionales que estaban en ese lugar.
El líder cubano pareció fijarse sobre todo en las palabras en la que Cason dijo que el líder cubano "tiene miedo, miedo de la conciencia de la libertad, miedo de la libertad de expresión y miedo de los derechos humanos".
El jueves, Castro, durante un discurso por haber ganado los comicios electorales, comentó sarcásticamente que su país tiene tanto miedo que con mucha calma decidirá qué hacer con el funcionario estadounidense. Por su parte, Reeker expresó el apoyo de su gobierno a la labor de Cason.
Castro aludió el jueves, como lo ha hecho en otras ocasiones, a la posibilidad de clausurar la oficina de Intereses de Estados Unidos en Cuba. El líder cubano consideró al centro un cultivo de contrarrevolucionarios y el punto de mando más peligroso para acciones subversivas contra el país.
Estos comentarios se asemejan a los realizados por Castro hace 42 años contra la embajada en La Habana, cuando dijo que estaba llena de espías. Castro exigió en aquel entonces que Estados Unidos redujera de 87 á 11 el número de sus empleados. Al día siguiente, el entonces presidente Dwight Eisenhower rompió vínculos diplomáticos con Cuba.
Desde entonces, las relaciones diplomáticas entre ambos países no existen, aunque en 1977 se abrieron oficinas de Interesés en Washington y La Habana.
Por otra parte, Estados Unidos protestó el miércoles por la decisión cubana de prohibir a su oficina en La Habana importar libros para su distribución entre los cubanos.