WASHINGTON.- El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se sentiría "decepcionado" si Rusia veta la nueva resolución presentada por su país, el Reino Unido y España para autorizar una acción armada con el objetivo de obligar a Irak a desarmarse.
Según manifestó hoy a la prensa el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, el Mandatario "estaría desde luego decepcionado si Rusia vetara (...) lo vería como una oportunidad perdida por Rusia para tomar un claro partido en favor de la libertad".
Fleischer añadió que un veto del Kremlin a la resolución frenaría que "se evite el riesgo de que se produzca una catástrofe enorme a consecuencia del desarrollo por parte del régimen de (el líder iraquí) Saddam Hussein de armas de destrucción masiva".
Las declaraciones del personero se produjeron en respuesta al anuncio del ministro ruso de Asuntos Exteriores, Igor Ivanov, de que
Moscú votará en contra del proyecto de resolución si se somete a decisión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
"Si se pone a votación el proyecto de resolución, que hoy fue presentado (para su debate en el Consejo de Seguridad) y que contiene un ultimátum y demandas que no se pueden cumplir, Rusia votará en contra de esta resolución", dijo Ivanov.
Pese a la contundencia de las declaraciones del Ministro ruso, el portavoz de la Casa Blanca insistió en que "nos encontramos en medio de las gestiones diplomáticas más intensas" y consideró que Washington todavía puede lograr apoyo suficiente a la resolución.
El texto necesita el voto favorable de nueve países del Consejo de Seguridad y que ninguna de las naciones con derecho a veto (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y el Reino Unido) lo ejerza.
Hasta ahora, el proyecto de resolución cuenta con el apoyo claro (además de Washigton) del Reino Unido, España y Bulgaria, la oposición de Francia, Rusia, China, Alemania y Siria, y la indecisión de Chile, México, Pakistán, Camerún, Angola y Guinea.
La Casa Blanca, que insiste en que ninguno de los países que se oponen y son miembros permanentes del Consejo han mencionado de forma explícita la posibilidad de veto, desarrolla una intensa actividad diplomática para tratar de lograr los apoyos necesarios.
En las últimas horas, Bush habló por teléfono con el Presidente de China, Jiang Zemin, y el secretario de Estado, Colin Powell, recibió en su despacho del Departamento de Estado al ministro guineano de Asuntos Exteriores, Francois Ousseynou Fall.
También la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, ha hecho gestiones telefónicas para tratar de recabar votos favorables ante una votación que se podría producir tan pronto se presente el texto ante el Consejo de Seguridad (posiblemente mañana).
El Gobierno estadounidense quiere hacer un último esfuerzo para lograr que una eventual guerra contra Irak cuente con el visto bueno de Naciones Unidas, pero ha reiterado que se reserva el derecho a actuar por su cuenta si considera amenazada su seguridad.