BAGDAD.- Bagdad brillaba a toda luz en la noche de este miércoles a pesar de la amenaza de bombardeos tras el rechazo del Presidente iraquí Saddam Hussein de abandonar el poder al finalizar el ultimátum impuesto por estados Unidos.
Las avenidas de la capital iraquí estaban vacías, pero los faroles anaranjados iluminaban con nitidez los trayectos rectilíneos.
Los palacios presidenciales, los ministerios, los puentes estaban iluminados.
Ciertas fachadas de edificios oficiales estaban incluso decoradas con guirnaldas de colores.
En las bifurcaciones, los semáforos repetían su rutina tricolor.
Las autoridades iraquíes no anunciaron ninguna medida de toque de queda aunque afirmaron estar listas ante cualquier eventualidad.
El silencio de la noche fue perturbado por los ladridos de perros errantes y las alarmas de algunos vehículos.
La televisión estatal transmitió durante la nones que reagrupaban a partidarios del presidente iraquí.
Estados Unidos amenazó bombardear, durante la primera fase de una operación que tiene como objetivo derrocar al presidente Saddam Hussein, objetivos en todo el país, entre ellos en la capital.
En 1991, durante la guerra del Golfo que se inició para repeler la invasión iraquí a Kuwait, misiles crucero impactaron en Bagdad al comenzar las hostilidades, durante la noche del 16 al 17 de enero, dañando centros de comunicación, puentes, centrales eléctricas y edificios que albergaban órganos civiles y militares del poder.