NACIONES UNIDAS.— Francia, Rusia y Alemania insistieron hoy en que Estados Unidos actuará de forma ilegal si ataca a Irak y derroca a su líder Saddam Hussein.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Igor Ivanov, dijo al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que no había ninguna resolución que autorizara una acción militar o el "derrocamiento violento de un líder de un estado soberano".
Asimismo, no hay "hechos irrefutables", que demuestren que Irak represente una amenaza contra Estados Unidos, agregó el ministro. De haberlos, el gobierno estadounidense podría ejercer su derecho de ataque bajo la Carta de la ONU que aprueba el derecho a la defensa propia.
El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Joshcka Fischer, dijo que "Alemania rechaza enfáticamente la inminente guerra". El desarme iraquí procede con lentitud, "¿pero puede considerarse seriamente como motivo de guerra?", se preguntó.
El canciller francés Dominique de Villepin también deploró la guerra, pero observó que el Consejo de Seguridad debe abocarse ahora a la ayuda humanitaria. Sus declaraciones fueron recibidas con aplausos.
De Villepin señaló que la guerra no es solamente ilegal, sino que exacerba las tensiones y divisiones que "alimentan a los terroristas".
Los tres ministros vinieron a Nueva York para asistir a la reunión del Consejo de Seguridad y reafirmar la autoridad de la ONU y el papel de importancia del Consejo de Seguridad en la crisis iraquí.
A ellos se unió el canciller de Siria. España, Gran Bretaña y Estados Unidos estuvieron representados por sus embajadores ante la ONU.
El embajador de Chile ante la ONU, Gabriel Valdés, expresó que la guerra sería "una tragedia".
"Otra tragedia va a comenzar ahora", dijo el diplomático, cuyo país es también miembro del consejo, en calidad de temporal.
El secretario general Kofi Annan pidió a estados Unidos y a sus aliados no olvidarse de la ayuda humanitaria.
El embajador estadounidense John Negroponte solicitó el apoyo expeditivo del consejo "para asegurar la continua entrega de suministros humanitarios básicos a Irak, particularmente alimentos y medicinas".
Por otra parte, y en un procedimiento sin peso alguno, Hans Blix, el jefe de inspectores de armas de la ONU, presentó su "programa de trabajo" para el desarme de Irak.
"Naturalmente me entristece que tres meses y medio de trabajo en Irak no hayan producido las garantías necesarias sobre la ausencia de armas de destrucción masiva", dijo.