EL CAIRO.- La mayoría de los países árabes reaccionaron hoy prudentemente ante el ataque lanzado por EEUU contra Irak la pasada madrugada, y muy pocos de ellos condenaron tajantemente la agresión contra el país árabe hermano.
Algunos de ellos incluso guardaron silencio y prefirieron instar al Consejo de Seguridad de la ONU a que asuma sus responsabilidades.
El rey de Bahrein, Hamad Ben Isa Al Jalifa, cuyo país alberga la sede central de la Quinta Flota norteamericana, y que es el presidente de turno de la Liga Arabe, dijo en un discurso radiotelevisado dirigido a su pueblo que "entiende la difícil situación" del pueblo iraquí, sin ir más allá.
Argelia, el segundo país árabe que reaccionó a la guerra contra Irak, tuvo la misma reacción de Bahrein, al lamentar "profundamente" el ataque, e instó al Consejo de Seguridad de la ONU a que se mueva rápido para parar la guerra.
La Liga Arabe, con sede en El Cairo, a la que pertenecen 22 países, únicamente deploró la guerra contra uno de sus miembros fundadores en un mensaje de su secretario general, Amro Musa.
"Lamentamos profundamente lo sucedido y demandamos al Consejo de Seguridad (de la ONU) a que cumpla con sus responsabilidades en el mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo y detenga esta guerra", agregó.
Kuwait, que alberga a la mayoría de la tropa norteamericana y británica que intervendrán en una invasión terrestre de Irak, acusó al régimen iraquí de ser ’’el instigador de esta guerra".
Los países árabes aliados de EEUU como Egipto, Arabia Saudí, Jordania, Qatar y Marruecos, aún no han reaccionado al ataque contra Irak, pero el mandatario egipcio, Hosni Mubarak, presidió una reunión de emergencia de su gabinete de crisis para tratar de la volátil situación en la región.
La ausencia de una fuerte reacción árabe a la guerra contra Irak refleja su división sobre el régimen iraquí de Sadam Husein, al que varios gobiernos árabes acusan de ser el responsable de la intensa presencia militar extranjera en el Golfo Pérsico y Oriente Medio desde la pasada guerra del Golfo de 1991.
Mubarak acusó recientemente al gobierno iraquí de "hacer fracasar los esfuerzos desplegados para restaurar la confianza de sus vecinos y la comunidad internacional".
En la reacción más dura, el presidente libanés, Emile Lahud, afirmó que la guerra iniciada al alba por los EEUU contra Irak significaba "hacer entrar el mundo en un túnel".
Además, Lahud dijo que la ofensiva "no tiene como único objetivo una nación árabe hermana, sino también la autoridad de la ONU, que rechazó la guerra", y reafirmó la adhesión de Líbano a las resoluciones internacionales.
Siria aún no se ha pronunciado sobre la guerra, pero su ministro de Exteriores, Faruk Chara, ya dijo recientemente que si la guerra se producía sería "un atraco a mano armada".
En cuanto a las reacciones callejeras, hoy se produjeron violentos enfrentamientos en El Cairo entre varios miles de manifestantes y la policía, en las inmediaciones de la embajada de EEUU en esta capital, y que terminaron con varios jóvenes contusionados.
También en Jordania se congregaron manifestaciones espontáneas, seguidas principalmente por militantes islamistas, que se saldaron con cuatro heridos.