WASHINGTON.- El Congreso de Estados Unidos dejó a un lado el jueves algunas diferencias partidarias para unirse en apoyo a la guerra contra Irak, a pesar de que muchos demócratas consideran que el ataque es prematuro o innecesario.
Republicanos y demócratas realizaron declaraciones en apoyo a las fuerzas estadounidenses, que iniciaron el jueves una invasión terrestre a Irak después de lanzar un ataque aéreo al anochecer contra Bagdad
"Muchos estadounidenses, incluyendo a muchos de nosotros en el Congreso, no opusimos a esta guerra, pero hoy y durante este conflicto nos unimos en apoyo a los hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas", dijo el senador demócrata Edward Kennedy, quien fue uno de los principales opositores a las ideas del presidente George W. Bush para desarmar a Irak por la fuerza.
"Esperemos que la sabiduría de Dios guíe a nuestro Presidente y lo proteja en los días que tenemos por delante", dijo Kennedy en el Senado, donde el Partido Republicano de Bush tiene mayoría.
El Senado aprobó por unanimidad una resolución expresando gratitud a los 225.000 soldados desplegados para la invasión y a aquellos que murieron en la Guerra del Golfo de 1991, apoyo a Bush como Comandante en Jefe, agradecimiento al Primer Ministro británico, Tony Blair, por ser un fuerte aliado, y a Gran Bretaña y otros países por apoyar los esfuerzos de Estados Unidos.
"Este es un momento que esperábamos evitar. Rezamos por la paz... pero el régimen iraquí eligió un destino diferente", dijo el líder de la bancada republicana en el Senado, Bill Frist.
Líderes de la Cámara de Representantes, también bajo control republicano, discutían el texto de una resolución similar que esperaban aprobar en la noche del jueves.
"Rezo para que la guerra sea corta y satisfactoria, con un mínimo de bajas. Este es el momento en el cual todos los estadounidenses deben cerrar filas, seguir a su bandera y esperar lo mejor", dijo el demócrata John Spratt, quien instó a Bush a continuar los esfuerzos diplomáticos para desarmar a Irak.
Mientras tanto, republicanos y demócratas seguían discutiendo en el Senado si continuaban trabajando en el presupuesto federal del Congreso para el año fiscal del 2004, que los republicanos piensan usar como base para los recortes de impuestos por 726.000 millones de dólares en la próxima década.
Los demócratas acusaron a los republicanos de apresurarse para que el presupuesto sea aprobado antes de que la Casa Blanca revele el posible costo de la guerra, y dijeron que los legisladores deben concentrarse en el conflicto y apoyar a los soldados.
Fuentes allegadas a Bush dijeron que la Casa Blanca buscaría fondos adicionales para la guerra calculados en entre 80.000 y 100.000 millones de dólares.
Dijeron que miles de millones más serían necesarios más adelante para la reconstrucción de Irak.
"Me parece que quizás haya apuro para aprobar el presupuesto, porque la gente va a empezar a hacer preguntas sobre cuánto está costando esta guerra", dijo Harry Reid, asistente del líder demócrata del Senado que al comienzo apoyó el llamado de Bush a la guerra para derrocar a Hussein.
El líder de la minoría en el Senado, Tom Daschle, se esforzó por superar las diferencias en los días previos esta semana, cuando sus declaraciones, diciendo que los esfuerzos diplomáticos de Bush habían "fracasado miserablemente", provocaron fuertes reacciones de los republicanos.
"Cuando nuestro Presidente toma la decisión de enviar soldados al combate, el Congreso siempre se une para hablar con una sola voz, con un solo propósito" para apoyar a las tropas, dijo Daschle.
"Hemos tenido diferencias de opiniones sobre lo que nos llevó a este punto, pero hoy el presidente es el Comandante en Jefe (de las Fuerzas Armadas) y nosotros también nos unimos a él", agregó.