LA HABANA.— La ola de detenciones y allanamientos contra disidentes en Cuba continúo el jueves hasta llegar a las 60 personas, algunas de renombre internacional, como Martha Beatriz Roque, quien realizaba un ayuno con otras seis personas.
Roque fue sacada de la residencia donde se realizaba la protesta y llevada primero a su casa mientras se realizaba el allanamiento allá, dijo un sobrino de la mujer. Posteriormente se la transportó al centro de detención de Villa Marista.
El registro duró dos horas y concluyó con el retiro de una computadora, fax, medicinas y "muchos papeles", agregó el sobrino, Yoel Alfonso. No hubo violencia, aseguró.
Unos 30 agentes uniformados y de civil participaron en el operativo.
Otros disidentes o sus familiares comentaron similares metodologías.
Por la tarde fue detenido el escritor Raúl Rivero, asesor de la revista De Cuba un órgano artesanal de disidentes.
A las 6:30 de la tarde (2330 GMT) Rivero fue subido a una patrulla luego de que se le allanara su casa.
"El sabía que le iban a buscar en esta ola de represión", dijo la esposa del opositor, Blanca Reyes.
Paralelamente, organizaciones internacionales como Reporteros sin Frontera, el Comité de Protección de Periodistas y el Sindicato de Prensa Independiente, protestaron el jueves por el arresto de una docena de comunicadores disidentes.
Un balance de la no gubernamental la Comisión Cubana de Derechos Humanos que dirige Elizardo Sánchez contabilizó en la tarde 59 personas detenidas. Fue emitido antes de la detención de Rivero.
El miércoles se había reportado sólo una treintena de arrestos.
"Es claro que el radio de la represión se ha ido extendiendo", manifestó Sánchez para quien en algunas provincias el movimiento disidente "parece haber sido descabezado".
Sin embargo, algunos opositores más conocidos como Vladimiro Roca, Héctor Palacio y Oswaldo Payá -premio Sájarov de derechos humanos- permanecían en sus casas.
"No descarto que vengan también por mi", indicó Roca a la AP consultado telefónicamente.
Cuba considera a estos disidentes como "mercenarios" al servicio de Washington y de los exiliados de Miami. Además los culpa de justificar las sanciones contra la isla con sus "calumnias" sobre la realidad del país.
Una nota oficial del martes por la noche denunció que Washington envió a su representante en esta capital, James Cason, para estimular, orientar y financiar a estos opositores.
